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Durante casi dos años la tipografía del
Oratorio publicó una hoja mensual, cuyo fin era
dar a conocer las ediciones salesianas y otras
publicaciones útiles especialmente para la
juventud y para el clero, por lo cual llevaba el
título de Bibliófilo Católico. Hasta hoy no nos ha
sido posible encontrar ni un ((**It13.260**)) solo
ejemplar. Pero parece que no tenía un contenido
exclusivamente libreril; en efecto, sabemos que en
su segundo número, aparecido en agosto de 1875,
publicó el reglamento para la obra de los Hijos de
María, que don Bosco acababa de redactar 1. El
periodiquito continuó de esta manera hasta agosto
de 1877, momento en el que experimentó una radical
transformación. Ocho grandes páginas, a dos
columnas, contenían comunicaciones y noticias
preponderantemente salesianas; y había además un
apéndice con una lista de libros; por eso el
título era doble: Bibliófilo Católico o Boletín
Salesiano mensual. El primer fascículo de ensayo,
que seguía la numeración anterior, figuraba como
quinto ejemplar del tercer año. No figuraba como
pie de imprenta la tipografía del Oratorio, sino
la de Sampierdarena; ya que don Bosco había tenido
que acudir a este expediente, porque la Curia
arzobispal de Génova no le ponía las dificultades
de la de Turín para la concesión del imprimatur.
El doble título sólo duró hasta el número de
diciembre; el primero del año 1878 lleva sólo el
título de Boletín Salesiano. La suscripción
costaba tres liras, pero no se obligaba a nadie a
pagarlas. En el principio se cuidó don Bosco
personalmente de su publicación, ya fuera para
darle la orientación que se había propuesto, ya
fuera porque no tenía entonces a quién confiar su
dirección; pero, ya pensaba hacer volver para este
fin al Oratorio a don Juan Bonetti, director del
colegio de Borgo San Martino.
Es admirable oír cómo hablaba el Beato Padre de
la nueva publicación. El 10 de agosto de 1877,
cuando acababa de salir el primer número, dijo a
don Julio Barberis:
-El fin del Boletín es dar a conocer, cuanto
más se pueda, nuestras cosas y hacer que se
conozcan en su verdadero sentido. Esto nos servirá
para conseguir ayuda y ganar el afecto de la gente
para nuestras instituciones. Si se sabe manejar
bien el tema, se podrán insinuar con la pluma
diversos modos de colaborar ((**It13.261**)) con
nuestra labor. Esta revista será el apoyo
principal de todas nuestras obras; si él viniese a
menos, también éstas vendrían a menos. Procúrese
que tenga el mayor número posible de lectores;
búsquense todas las maneras para divulgarlo
gratuitamente. Téngase como principio que el
provecho que él acarrea
1 Véase: Vol. XI, pág. 38.
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