((**Es13.203**)
Debo dar a V. E. mis más vivas gracias; pero
siento la obligación de cumplir otro deber, que,
aunque me resulta penoso, ((**It13.228**)) no por
eso debo omitir. Desde luego no me corresponde a
mí investigar las razones que puedan haber
determinado a V. E. Rvma. a esta diversidad de
trato; pero no he podido dejar de reflexionar en
la diferencia más notable que hay entre mí y los
otros dos postulantes; a saber, que éstos están ya
definitivamente inscritos en la Congregación
Salesiana, y como tales han hecho su petición,
mientras que yo no lo estaba todavía. Cuando así
fuera, me considero obligado en conciencia a dar a
conocer a V. E. Rvma. que mañana, día de la
Inmaculada Concepción, tendré la dicha de emitir
los votos como salesiano; por consiguiente, en el
momento de la ordenación yo también seré salesiano
de corazón y de hecho. Puesto así en la misma
condición de los otros, >>puedo yo todavía
presentarme solo a las órdenes, ante las razones
que pueden haber persuadido a V. E. Rvma. para no
admitir a los salesianos a las ordenaciones en
esta circunstancia?
Sería mi inmenso deseo no retardar el
cumplimiento de uno de mis más queridos anhelos,
mas no puedo olvidar que mi voluntad no estuvo
nunca separada de la de pertenecer a la
Congregación Salesiana a la que me he consagrado.
Si este mi acto solemne pudiese dar pie a creer
que no fue siempre tal mi íntima convicción, debo
más bien, a pesar mío, privarme del honor de
presentarme a las próximas ordenaciones,
remitiendo al Señor y a María Santísima
Auxiliadora el cumplimiento de mi deseo.
Como miembro que soy de esta santa
Congregación, no puedo separarme de la suerte de
mis hermanos y, aunque este paso me es sumamente
doloroso, debo empero preferirlo al que podría
mostrarme ingrato a esta buena madre y ocasión de
afrenta a mis hermanos.
Confío que V. E. no encontrará descomedido este
escrito que nace del deseo de abrirle sinceramente
todo mi corazón como a mi Superior Eclesiástico,
al que siempre he tenido y tendré el más sincero
afectuoso respeto y profunda veneración.
Mientras tanto, beso reverentemente su anillo y
me honro profesándome
7 de diciembre de 1877.
Su atto. y s. s.
C. CAYS
En Turín ya se hablaba mucho de este incidente;
y además la respuesta del Conde, tan ponderada en
sí misma, era también digna de consideración por
la cualidad de quien la escribía. Por lo cual,
temiendo el Arzobispo que su determinación diese
motivo a habladurías de parcialidades, mandó
escribir inmediatamente que estaban admitidos al
examen ((**It13.229**)) los
tres candidatos. Después de esta favorable
decisión, recibieron las órdenes de manos de
monseñor Gastaldi.
El día de la Inmaculada, hacia las seis de la
tarde, asistieron todos los profesos y novicios
del Oratorio, junto con los aspirantes estudiantes
y aprendices, en la iglesia de San Francisco a la
profesión del conde Cays precedida de la trienal
de los tres clérigos Galavotti, Bielli y
(**Es13.203**))
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