((**Es13.199**)
>>Qué sucedía en la habitación contigua
mientras él rumiaba en la mente esta idea?
La madre recostó a su hija en el sofá, contó a
don Bosco la dolorosa historia y concluyó diciendo
que ya no esperaba más que la misericordia de Dios
y la intercesión de María Santísima; que se
dignase, por tanto, darle la bendición. El Siervo
de Dios la exhortó a tener confianza en la Virgen,
le mandó arrodillarse y bendijo a la enfermita.
Después invitó a la niña a santiguarse y ésta hizo
ademán de obedecer, pero con la mano izquierda.
-Con la izquierda no, sino con la derecha, dijo
don Bosco.
-No puede, contestó la madre.
-Deje, deje que lo intente. íEa, con la
derecha!
Y ella lo hizo con soltura.
-Muy bien, dijo don Bosco, lo has hecho bien;
pero no has dicho las palabras. Ea, vuelve a
santiguarte y di conmigo: -En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.
La niña, muda desde hacía un mes, soltó la
lengua, rezó y después, fuera de sí, empezó a
gritar:
-íMamá; la Virgen me ha curado!
La madre lanzó un grito y rompió a llorar.
Faltaba probar si podía tenerse en pie y
caminar sin apoyo; y he aquí que anduvo de un lado
a otro de la habitación con paso ligero y firme.
Entonces la agraciada, que no podía contener ya su
alegría, abrió la puerta, se presentó a los que
llenaban la antesala y, con desenvoltura superior
a su edad, narró lo sucedido. íQué emoción en
todos! Madre e hija bajaron, acto seguido, a la
iglesia para dar gracias a María Auxiliadora.
Al ver esto el conde Cays ya no necesitó más.
Cuando entró en la habitación de don Bosco, le
contó la condición que había puesto y cómo se
había cumplido, y añadió:
-Si don Bosco me acepta, yo soy salesiano.
-Venga en hora buena con nosotros, contestó don
Bosco, será aceptado.
->>Cuándo podría venir?
-Cuando quiera.
((**It13.224**))
-Vendría mañana, fiesta de María Auxiliadora y
cuadragésimo aniversario de mi casamiento; pero,
como me queda algún asunto por arreglar, vendré,
si nada se opone, el día 26.
-Perfectamente, el 26 es la fiesta de san
Felipe Neri. Espero que este Santo, tan devoto de
la Virgen, le obtendrá la perseverancia.
Y como lo dijo, lo hizo. En honor de la verdad,
no debemos ocultar
(**Es13.199**))
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