((**Es13.188**)
en la tanda de ejercicios que se hizo en Turín.
Remachó el tema de la obediencia religiosa,
acudiendo a la comparación del pañuelo.
-Así como éste se deja usar cuando se quiere y
para todo lo que se quiere, y se deja lavar,
planchar, doblar sin decir nada, así tenemos que
ser nosotros con la virtud de la obediencia
religiosa. >>Queremos estar siempre alegres?
Seamos obedientes. >>Queremos estar seguros de la
perseverancia en la vocación? Seamos siempre
obedientes. >>Queremos subir a mucha altura en la
santidad y alcanzar el paraíso: Seamos fieles en
obedecer aun en las cosas pequeñas.
Aquel año hizo don Bosco a las hermanas un
precioso regalo en la fiesta de la Inmaculada: les
entregó la santa Regla impresa, conforme al texto
aprobado dos años antes a iniciativa suya por el
Ordinario de la diócesis de Acqui. Antes de colgar
los dos carteles mencionados poco ha, ya había
otro en el pórtico y en la escalera con la
sentencia dictada por don Santiago Costamagna:
<>. El tener ahora en su mano el libro
de las reglas debía ayudarles mucho para obtener
aquel efecto. Encabezan el librito unas paternales
amonestaciones, que agradará a nuestros lectores
ver reproducidas aquí.
A las Hijas de María
Auxiliadora
Gracias a la bondad de nuestro Padre Celestial
el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, al
que por fortuna pertenecéis, alcanzó de algún
tiempo acá un gran desarrollo. En el período de
pocos años ((**It13.211**)) hemos
podido inaugurar un buen número de casas en el
Piamonte, en Liguria, en Francia, y hasta en
tierras de América.
Cuando el Instituto estaba concentrado en la
Casa Madre de Mornese, unos cuantos ejemplares
podían ser suficientes para que cada hermana
tuviese conocimiento de ellas; pero ahora que,
gracias a la divina Providencia, se han
multiplicado las casas y las hermanas repartidas
en ellas, ya no son suficientes.
Por eso he creído que sería para mayor gloria
de Dios y provecho de vuestra alma, mandarlas
imprimir; y hoy os las presento. Las reglas han
tenido ya la aprobación de varios Obispos, los
cuales las encontraron plenamente ajustadas para
santificar a una Hija, que aspire a ser toda de
Jesús y que, al mismo tiempo, quiera dedicar su
propia vida al servicio del prójimo, especialmente
a la educación de las niñas pobres. Es más;
el mismo Instituto fue aceptado y aprobado con un
Decreto especial por el Rvmo. Obispo de Acqui, en
cuya diócesis nació en 1872 y sigue prosperando
hasta el día de hoy.
Guardad, pues, con cariño las reglas que lo
gobiernan, leedlas, meditadlas, pero, sobre todo,
no olvidéis nunca que de nada serviría saberlas,
hasta de memoria, si después no las ponéis en
práctica. Por lo tanto, aplíquese cada una con la
mayor solicitud a observarlas puntualmente;
tiendan a ello la vigilancia y el celo de la
Superiora, la diligencia y el empeño de las
súbditas. Si lo hacéis así, encontraréis en
vuestra Congregación la paz del corazón,
caminaréis por la senda del cielo y os haréis
santas.
(**Es13.188**))
<Anterior: 13. 187><Siguiente: 13. 189>