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7. Al Presidente de la Propagación de
la Fe
Con la misma fecha de las cuatro últimas cartas
se dirigía el Siervo de Dios por segunda vez a la
Presidencia general de la Propagación de la Fe,
para obtener algún subsidio en favor de sus
Misiones.
Ilustrísimo señor presidente:
El gran deseo que tengo de promover las
misiones de América del Sur me mueve a renovar
esta humilde súplica a la pía obra de la
Propagación de la Fe, de la que V. S. Ilma. es
dignísimo Presidente. En el lapso de dos años se
abrieron cinco iglesias para el culto divino, un
colegio a poca distancia de la capital del
Uruguay, otro en San Nicolás de los Arroyos, y un
hospicio para los niños más pobres en Buenos
Aires.
Las iglesias son frecuentadas, los colegios
están completamente llenos de ((**It13.186**))
alumnos. Se cuida mucho la moralidad, y ya se han
manifestado varias vocaciones. Para este fin se ha
fundado un noviciado, o mejor, un seminario,
expresamente dedicado a los estudios de filosofía,
teología y lenguas, y así prepararnos para ir a
trabajar entre los salvajes. Sin contar a los
indígenas 1, ya se encuentran treinta y cuatro
misioneros a poca distancia de pamperos y
patagones. Es más, en las misiones que se dieron
en Villa Libertad y en otras poblaciones
colindantes con los salvajes, se obtuvo mucho.
Ahora se trataría de abrir una misión junto al Río
Santa Cruz, situado en el grado cincuenta de
latitud sur, donde hay algunas tribus de
Patagones, y otra en Carhué, frontera de Buenos
Aires, donde hay otras tribus de indios pamperos.
Para tal fin se necesitan al menos cuarenta
misioneros, que ya tengo preparados. Mas para
sostener las misiones iniciadas y abrir las casas
indispensables para avanzar con menos peligro
entre los salvajes, se requieren tales medios, que
una Congregación pobre y en sus comienzos como la
nuestra, no puede proporcionar.
Por esto, de acuerdo con el Arzobispo de Buenos
Aires, recurro nuevamente a V. S. Ilma. para que
tome estas misiones bajo su benévola y eficaz
protección y nos ayude, al menos para el equipo y
el viaje de los nuevos misioneros, veinticuatro de
los cuales deberán partir el 14 del próximo
noviembre, y los otros poco después.
Muchos me encomiendan la gran caridad de V. S.
y a ella me encomiendo por cuanto sé y puedo, a
fin de que se digne superar las dificultades que
se puedan encontrar y de esta manera socorrerme.
Por mi parte le aseguro que, al igual que hice
siempre en el pasado, seguiré proponiendo con la
palabra y con la prensa, la obra maravillosa que
V. S. tan dignamente preside.
Con la máxima veneración, tengo el alto honor
de poderme profesar
De V. S. Ilma.
Turín, 30 de septiembre de 1877.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Quiere decir los argentinos o residentes en
Argentina, que trabajan con los salesianos o se
preparaban para entrar en la Congregación.
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