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duda, que tuvo audiencia privada <> de Roma. Don Bosco, por el
contrario, dirá a este propósito, en carta del 29
de noviembre al cardenal Bilio, compendiando la
historia del asunto de los conceptinos: <>. En carta del 13 de junio al abate Guiol
dice ciertamente el Siervo de Dios que el Padre
Santo ha hablado de la obra de Marsella y ha
alabado a aquel Obispo, lo cual haría suponer un
coloquio privado; pero esto pudo haber sido dicho
en la audiencia pública, en el caso de que
entonces le pidiera don Bosco una bendición
especial para el feliz resultado de aquella nueva
empresa, o en audiencia privada al Arzobispo de
Buenos Aires, por cuya mediación don Bosco hubiese
pedido aquella bendición. De todos modos lo cierto
es que él en el ((**It13.137**)) largo
párrafo de la carta, en el que refiere los
sentimientos del Papa, no hay ni una palabra de la
que se pueda argüir que el Papa le haya hablado
así a él personalmente; de donde se deduce que el
Siervo de Dios vio por última vez a Pío IX, vivo,
en la mencionada audiencia pública.
La audiencia pública fue concedida el 10 de
junio a los periodistas católicos y a sus
representantes. Don Bosco participó en ella como
editor de las Lecturas Católicas. La amabilidad
del Pontífice no pudo ser mayor. Al pasar ante él
se paró, lo escuchó y tuvo la bondad de recordar
una petición de la que había tenido noticia por el
cardenal Oreglia 1.
->>Y necesitáis también, le dijo, ornamentos y
vasos sagrados para vuestras iglesias y para las
misiones, no es verdad?
-Santidad, respondió don Bosco, tendría
verdadera necesidad, porque muchas de nuestras
iglesias carecen completamente de todo.
-Bien, poneos de acuerdo aquí con el cardenal
Oreglia. Yo le encargo que os haga proporcionar lo
que necesitéis de lo que haya entre los objetos de
la exposición.
1 El cardenal Oreglia, con fecha 10 de mayo,
había escrito a don Bosco: <>.
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