((**Es12.99**)
est, patiens est, omnia sustinet. Et si quis
suorum et maxime domesticorum ram non habet, est
infideli deterior.
Dame, pues, querido mío, este gran consuelo; es
más, hazme este gran favor; mira que es don Bosco
quien te lo pide. A partir de hoy, sea Molinari tu
gran amigo, y, si no puedes quererlo por sus
defectos, quiérele por amor a Dios, quiérele por
amor a mí. >>Verdad que lo harás? Por lo demás,
estoy muy contento de ti, y cada mañana en la
santa misa encomiendo a Dios tu alma y tus
trabajos.
No olvides la traducción de la Aritmética,
añadiendo los pesos y medidas de la República
Argentina.
Di al benemérito doctor Ceccarelli que no he
recibido todavía el catecismo pequeño de esa
Archidiócesis y deseo tenerlo, para introducir en
El Joven Instruido los actos de Fe conformes con
los de la diócesis.
Dios te bendiga, querido Domingo; no dejes de
rezar por mí, que seré siempre en Jesucristo tu
Alassio, 7-3-1876.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
El Joven Instruido, que acababa de ser
publicado en francés 1, iba a salir muy pronto
traducido al español; sólo que aguardaba aquel
catecismo, que no tardó en llegar.
Aún tenemos que añadir una palabra sobre otro
punto de la carta de don Bosco a don Juan
Cagliero, que contiene una de esas expresiones que
el Beato no soltaba al desgaire. <<>>Hay alguna
nube?>>, pregunta él con respecto a Gazzolo.
Como hemos de ocuparnos otras veces de este
personaje, es necesario, desde ahora, que llamemos
la atención de nuestros lectores ((**It12.108**)) sobre
una realidad relativamente frecuente en los azares
humanos. La divina Providencia se ha valido en más
de una ocasión, hasta para realizar obras de mucha
importancia, de hombres que ciertamente no
buscaban la gloria de Dios y el bien de las almas,
sino su propio honor y los intereses de su causa,
cualquiera que ésta fuese, o también de su propia
persona. No se daban cuenta al actuar de este modo
de que otros, partiendo del polo opuesto, se
encontraban con ellos y aprovechaban su actividad
y dirigían sus miras a finalidades mucho más
elevadas. También en el curso de estas Memorias la
verdad histórica podría obligarnos a tropezar con
sombras, donde todo parecía aureolado de pura luz;
pero era la luz de nuestro Beato, que, envolviendo
1 Abbé JEAN BOSCO, La Jeuneusse instruite de la
pratique de ses devoirs et des exercices de la
piété chrétienne, suivi de l'Office de la Sainte
Vierge et des Morts. Pág. 511, Turín,
1876.(**Es12.99**))
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