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los colonos. Y, ademas, predicación continua y
confesores a disposición de todos y a todas las
horas del día.
Los colonos que presentaban a sus hijos para la
escuela, hubieran querido dejarlos allí como
pensionistas; pero >>dónde meterlos? Entonces
ellos mismos se manifestaron dispuestos a levantar
un nuevo edificio prestando el dinero que hiciera
falta y sin interés. El padre Fagnano, hombre de
negocios y adiestrado en construcciones en Lanzo y
en otras partes, comenzó sin más a construir un
pórtico y, sobre éste y sobre el edificio ya
existente, levantó un gran dormitorio de sesenta
metros de largo por catorce de ancho.
Desgraciadamente la escasa solidez de los
cimientos y las lluvias de otoño (nuestra
primavera se corresponde con el otoño de allá)
hicieron que algunas columnas cedieran y se
derrumbó parte del edificio. Pero el padre Fagnano
no se acobardó; ((**It12.104**)) y el
colegio se abrió al año siguiente 1877. La
población envió enseguida a él muchachos, algunos
de familias acomodadas, otros de condición
humilde, como internos y medio pensionistas. Todo
programa de estudios, horario, paseos, etc., se
organizó según el plan de Alassio y Lanzo. Una
banda de música estupenda alegraba las fiestas,
los recreos y los paseos. Un programa impreso a
cuatro columnas por una sola cara en una ancha
hoja difundió la noticia por toda la región 1. El
10 de junio escribía monseñor Ceccarelli a don
Bosco: <> 2. El antiguo
alumno doctor Guido Lavalle, Ministro del Tribunal
Supremo de Justicia, en un discurso pronunciado el
2 de junio de 1929, día de la Beatificación de don
Bosco, recordó con gracia a los superiores,
compañeros y costumbres de entonces.
Para que sea completa la historia de los
orígenes es preciso añadir que no hubo ninguna
donación de terreno, ni de edificios, ni se
estipuló contrato de ninguna clase con la
mencionada Comisión, en la que los nuestros habían
puesto toda confianza. Dicha Comisión, que en el
primer momento había ofrecido hasta una cabaña de
ovejas y otras cosas para la manutención y
sustento, no dio nunca nada. La finca, de unas
tres hectáreas, pertenecía al Gobierno, que sólo
cedió el uso. Quien ayudó continuamente a los
Salesianos y estaba dispuesto a hacer
1 Hemos podido encontrar un ejemplar de este
primer programa y nos ha parecido útil
reproducirlo en el Apéndice (doc. 2).
2 Más adelante dice: <>.(**Es12.96**))
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