((**Es12.85**)
>>Qué estado desearía haber abrazado para poder
salvar mi alma con más facilidad y hacer el bien?
Piensa en esto y después contéstame.
Aquel joven se arrodilló un rato ante un
crucifijo, volvió y me dijo:
-Me haré sacerdote, sí; pero no en el mundo.
íQuiero estar completamente apartado de él!
Esto era lo que yo quería.
6.° Aprovechará también mucho el conceder a un
muchacho mucha familiaridad. Hacerle pasear
alguna vez a solas con nosotros, charlar, reír,
escucharle; hacer que nos cúente algo de su vida
en casa, por el campo, por los prados, en la viña,
en la alquería, etc. Si son tratados con esa
familiaridad y preguntan sobre su vocación, hay
que sugerirles que hablen de ello en la confesión,
cuando se conocen bien las cosas.
Aconsejarle también que hablen de ello con don
Bosco, cuando vaya de visita.
-Piénsalo bien, se le podrá decir; madura tu
decisión y acabarás por tomar una determinación
definitiva; verás cómo, siguiendo el consejo de
don Bosco, quedarás contento para toda tu vida.
Cuando yo visito las casas, especialmente hacia
el fin de curso, es la ocasión para concluir
muchos asuntos. Yo siempre pregunto:
->>Qué te ha dicho tu director?
-Me ha aconsejado que le pregunte también a
usted para estar más seguro; pero decía que él no
veía dificultad alguna y que era del parecer de
que yo podría abrazar el estado eclesiástico.
-íBien! Pues yo haré el resto según lo que me
parezca mejor para ti.
Otro, por el contrario, me contestará:
-Me dijo el director que no, por tal motivo.
En tal caso, si yo tuviese que cambiar el
juicio del director, de ordinario tengo los medios
para ello, sin que el alumno se dé cuenta de nada.
Le digo:
-Pues tú quita el motivo que el director te
dijo ((**It12.91**)) que
estorba. >>No eres capaz de darle en las narices
al demonio? Mira, haz así y asá y ya verás. Sí;
ísi sigues este o estotro consejo, todavía puedes
remediarlo fácilmente!
No tema nada el director por este lado; si
fuese necesario cambiar de parecer, se procede muy
prudentemente.
Pasemos ahora a otro punto, que me parece de la
máxima importancia para encauzar a los jóvenes por
el camino de la salvación. Por desgracia, una
larga experiencia me ha convencido de que es
necesario que los jóvenes que llegan a nuestros
colegios, hagan la confesión general o que, al
menos, les es muy provechosa.
Se puede disponer al muchacho de este modo:
->>Has hecho ya la confesión general?
-íNo!
->>No te gustaría que te fijara un momento para
hacerla? Piénsalo y dime sinceramente: si tuvieras
que morirte esta noche, >>te parece que no
tendrías ninguna cuenta que arreglar con Dios?
>>Te parece que estarías completamente tranquilo?
-íNo!
-Pues bien, >>cuándo quisieras hacerla?
-Cuando usted me diga.
-íEntonces, mira! Te digo que la hagas cuando
tengas intención de decírmelo todo, todo.
Después, si aquel muchacho viene a confesarse
para repasar toda su vida, decidle:
->>Vienes realmente con el corazón abierto?
>>Con intención de contármelo todo, lo pequeño y
lo grande? >>O tienes algo que apenas te atreves a
decirme?(**Es12.85**))
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