((**Es12.66**)
informó a la Autoridad de que en aquella casa no
se daba clase. De improviso, a los pocos días,
llegó por escrito la licencia del Gobernador
diciendo que, visto el bien que se proporcionaba a
la ciudad y dada la ausencia de finalidades
políticas, se concedía dar clase y catequesis.
((**It12.67**)) -En
Francia, dijo don José Ronchail, se trabaja mucho
los domingos, pero la ley prohíbe mandar trabajar
en este día a los muchachos menores de dieciséis
años. El Gobernador está dispuesto a hacer que se
observe mejor este artículo de la ley, y la
población y las autoridades están contentas de
nosotros. Algunos hablan mal de nuestra casa,
otros bien, y otros son indiferentes. Muchos nos
han prometido ayuda, pero no debemos confiar en
los hombres, sino en el Señor. Nos recomendamos a
las oraciones de todos, porque Niza necesita mucho
que se trabaje por su bienestar.
En cuanto don José Ronchail acabó, tomó la
palabra el Beato.
Como ya es algo tarde, y dentro de unos minutos
sonará la campana para ir a la iglesia, me
limitaré a decir una cosa muy importante; y de la
casa de Turín, del Oratorio, se hablará mañana por
la tarde, cuando nos reunamos a la misma hora de
hoy. Lo que hoy deseo recomendar a todos los
directores es que, al volver a sus casas, enseñen
a los hermanos y a los muchachos a redactar las
cartas. Desgraciadamente no se escriben bien y el
que las lee y examina no da el merecido reproche
al que la escribió, sino a toda la Congregación. Y
no lo digo porque en general se haya observado
este defecto en las cartas recibidas, sino porque
hay que prevenir los inconvenientes.
La escritura de las cartas tiene más
importancia de la que, a primera vista, parece;
mucha gente se forma buena o mala opinión de la
casa sólo por esto, es decir, examinando las
cartas, que salen de esta casa o de los miembros
de nuestra Congregación; y la alabanza o el
reproche que se merece uno solo, las más de las
veces revierte sobre toda la casa y la
Congregación, como si no supiéramos enseñar a
redactar una simple cartita.
Póngase, pues, siempre atención para que las
cartas estén bien por su fondo y por su forma;
esto es, que lo que se quiere decir esté bien
expresado. Procuren todos evitar los errores
gramaticales y las faltas de ortografía. Además,
la letra sea siempre inteligible, pues sucede, a
veces, que no se logra ser entendido por la
persona a quien se escribe, lo cual es una
verdadera descortesía.
Se empieza una carta poniendo primero, en la
parte superior, el lugar de donde se envía y la
fecha, con el día, mes y año, que no debe
colocarse entre el encabezamiento y el escrito.
No se debe comenzar la carta enseguida diciendo
por ejemplo: Queridísimo amigo, te comunico que
etc., todo seguido en el mismo renglón; sino que
((**It12.68**)) se pone
el encabezamiento en un renglón y después más
abajo se empieza la carta.
También me parece muy importante saber bien el
tratamiento que debe darse a las distintas clases
de personas; este título de cortesía debe
colocarse por entero y no abreviado, en la parte
superior de la hoja y hacia la izquierda. La fecha
va más arriba(**Es12.66**))
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