((**Es12.565**)
expiraba plácidamente en el beso del Señor. Si el
rito de la Iglesia no lo permitiese, se celebraría
en el primer día siguiente no impedido.
2.° Habrá una misa cantada solemne con diácono,
subdiácono y clérigos; los alumnos del Oratorio de
San Francisco de Sales comulgarán, rezarán el
Rosario y otras oraciones que suelen hacer en
semejantes funciones sagradas.
((**It12.670**)) 3.°
Aquel día se celebrarán también doce misas rezadas
en sufragio del alma del difunto.
4.° Para los gastos necesarios para el funeral,
misa solemne y celebración de las misas,
comuniones, oraciones, la Condesa nombrada ofrece
una renta anual de ciento cincuenta liras, que
deben servir perpetuamente a este fin.
El sacerdote Juan Bosco, en su calidad de
Superior de la Congregación de San Francisco de
Sales y director de la iglesia, acepta esta
propuesta y se obliga por sí y por sus herederos
sucesores en la Congregación, a cumplir este
servicio religioso en el día y de la manera dicha,
y mandará fijar en la sacristía de la iglesia una
tabla expresa que recuerde la perpetua obligación
contraída en favor del difunto Manuel Callori.
Dado en Turín, 16 de junio de 1876.
32
Diligencias del teólogo Belasio
a) Carta del Teólogo Belasio a
Monseñor Gastaldi
W.
J. y M. SS. Inmaculada
Excelencia:
Su exaltación (al arzobispado) establece una
gran distancia entre V. E. Rvma. y el antiguo
amigo del alma. Pero la imaginación devora el
tiempo y el corazón salva la distancia, cuando le
impulsa el afecto hacia una persona a la que tanto
ama.
Me encontré en contacto con dos Personajes, que
quizá son los que más aprecio en el mundo y V. E.,
aun cuando me quisiese reñir, tiene que hacerme la
caridad de tolerar mis confidencias. Perdone,
pues, al leer lo que he hecho y lo que deseo se
haga.
Después de la conversación que tuve el honor de
mantener con V. E. Rvma., a propósito de las
relaciones con don Bosco, me di prisa para ir a
San Martino, donde pude con libertad conferenciar
con él mismo. El se mostró ansioso de saber o al
menos, como decía, de tener alguna idea sobre las
razones de V. E. para quejarse de su proceder.
Pues bien; con mi sinceridad tuve que hacerle
comprender que V. E. creía no ver suficientemente
respetada su Autoridad, y que no debía comparecer
como ejecutor de la voluntad de don Bosco; que a
la postre no tenía por qué ser su Vicario quien
estaba puesto por el Señor para regir su Iglesia.
Al oír mi exposición don Bosco se mostró muy
afligido: <<>>Es posible -son sus mismas palabras-
que surjan tales dudas entre ((**It12.671**))
personas, que sólo quieren la gloria de Dios? No,
no, yo nunca haré por la Diócesis de Turín y por
mi Arzobispo nada que pueda causar molestia o
tropiezo y mucho menos disgusto a mi Arzobispo.
Sólo os ruego que observéis que, siendo yo el
Superior de una Congregación definitivamente
aprobada y que toma cada día mayor desarrollo,
debo también trabajar por
(**Es12.565**))
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