((**Es12.542**)
esfuerzos tuvieron y tienen malos intérpretes que
me presentan a V. S. como un administrador de esta
vasta Archidiócesis indigno de confianza y más
bien digno de reproche. No temo un examen, aun
escrupuloso, de cada una de mis actuaciones como
Arzobispo, pero no puedo aguantar los repetidos y
pertinaces asaltos de las malas lenguas y de las
plumas peores todavía.
Hay a mi lado un Eclesiástico que, si ha hecho
y hace gran bien a mi Diócesis de una manera, ha
causado y causa a mi administración gran mal
hablando mal de mí dentro de esta Diócesis y a los
Obispos colindantes. Estando este Eclesiástico a
punto de adquirir nuevos privilegios, deseo no
tener con él nuevos conflictos. Combatido como me
veo por una parte continuamente por los descreídos
y los incrédulos, los falsos liberales y los malos
eclesiásticos, me doy claramente cuenta por otra
de que en el centro de la Autoridad eclesiástica
no se tiene en mí la confianza que me es
indispensable para el cumplimiento de mis ((**It12.643**))
deberes en estos tristísimos tiempos, en los que
el espíritu de vértigo y de rebelión ha invadido
también una parte del clero.
Desearía, por consiguiente, retirarme a pasar
los últimos años de mi vida para prepararme
sosegadamente al juicio de Dios.
Turín, 3 de abril de 1876.
10
Memorial de don Bosco para el
cardenal Franchi
Memorial de un proyecto para la promulgación
del Evangelio en Patagonia, humildemente
presentado a S. E. Rvma. cardenal Franchi,
Prefecto de la Sagrada Congregación de Prop. Fide.
Eminencia Reverendísima:
Como hijo afecto y obediente a la Santa Sede,
expongo a V. E. Rvma. un proyecto que en estos
tiempos me parece se puede efectuar en favor de
una vasta región, tal vez la única, en la que
hasta ahora el Evangelio no ha podido hacer sentir
los efectos misericordiosos de la fe en
Jesucristo.
Esta región es conocida bajo el nombre de
Pampas y Patagonia o Tierras Magallánicas de
América del Sur. Está comprendida entre el mar de
las Indias y el Pacífico y se extiende del grado
cuarenta y dos al sesenta y, si a ésta se unen las
islas vecinas, viene a formar un continente mayor
que Europa. Treinta años después de Cristóbal
Colón los célebres exploradores Sebastián Caboto y
Magallanes dieron a conocer su existencia, pero no
pudieron penetrar en él. Después de ellos hubo
varios animosos operarios evangélicos que
intentaron esta empresa en diversas épocas y
algunos trabajan todavía al presente, pero sus
esfuerzos y sus progresos fueron momentáneos. El
nombre de Jesús sonó hasta el grado cuarenta y
cinco, pero aquellos misioneros tuvieron que
retroceder otra vez y limitarse a los actuales
confines de la República Argentina y de Chile. En
la Patagonia, pues, ya sea por su gran superficie
y escasez de habitantes, ya sea por la índole
feroz y la gigantesca estatura de los mismos, ya
sea también por el rigor del clima (la temperatura
oscila entre los seis y ocho grados centígrados)
se obtuvieron escasos resultados, y la geografía
cuenta aquella vastísima región entre las que
hasta ahora no pudieron penetrar ni el
cristianismo, ni la civilización,
(**Es12.542**))
<Anterior: 12. 541><Siguiente: 12. 543>