Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.538**) Tomás, afirman que Jesucristo, para demostrar que la Pasión no le quitaba violentamente el alma, conservó la naturaleza humana en su fuerza, que por esto moría voluntariamente, como dijo el Profeta: Oblatus est, quia ipse voluit. Pero todos convienen en que es un verdadero milagro que un hombre agonizante haya podido gritar con voz tan fuerte. San Buenaventura enseña que este grito es aquel del que habla san Pablo a los Hebreos: Cum clamore magno et lacrimis offerens. Con las lágrimas demostró su humanidad, con la fuerza de la voz demostró su divinidad. Lo mismo afirma el cardenal Ugone: Veritas humanitatis et virtus divinitatis, ostenditur. Por último, san Atanasio enseña que Jesús, con aquel fuerte grito, nos encomendó a todos al Eterno Padre y nos llamó a todos para seguirle en los padecimientos, a fin de que todos podamos algún día ir a unirnos a El en su gloria. In eo clamore omnes apud Patrem deponit. A este propósito el angélico santo Tomás se pregunta: Si los padecimientos ((**It12.638**)) que Jesús sostuvo en su Pasión y Muerte fueron mayores que todos los padecimientos: Utrum dolor Passionis Christi fuerit maior omnibus doloribus. Y contesta que los dolores, a los que fue sometida la humanidad de Cristo, fueron gravísimos por todos los conceptos. Padeció mucho por culpa de las mujeres, porque las criadas acusaron a Pedro, que después lo negó; por parte de los hombres, los príncipes, los sacerdotes, los ancianos, el pueblo; por parte de sus mismos familiares y amigos, pues fue traicionado por Judas, negado por Pedro, abandonado por todos sus apóstoles; padeció en la fama por las horrendas blasfemias lanzadas contra El, en el honor y en la gloria por las burlas y ultrajes; padeció en el cuerpo por las heridas y azotes, en la cabeza por las espinas, en las manos y en los pies taladrados por punzantes clavos, en la cara por las bofetadas y salivazos, hasta el punto de que no había parte de su sacratísimo cuerpo, que no sufriese un dolor especial, como fue profetizado acerca de El: A planta pedis usque ad verticem capitis non est in eo sanitas. También fueron grandísimos los dolores de su alma. Sufrió una tristeza mortal que lo llevó a sudar sangre, sufrió además por los pecados de todo el género humano: por los de los hebreos y de los otros que, siendo el cuerpo del Salvador de forma perfectísima, también el tacto era en El igualmente sensibilísimo y, por consiguiente, atrocísimo el dolor. Finalmente, habiéndose sometido Jesucristo voluntariamente a aquella dolorosa Pasión para liberar a los hombres del pecado, asumió toda su gravedad; por lo cual la pena debía ser proporcionada al fruto, que de ella tenía que venir; por consiguiente, sus dolores no podían ser más graves: Non est dolor sicut dolor meus. Cuando Jesús exhaló el último suspiro, todos los elementos se estremecieron y quedaron atónitos, como si ellos, en cierto modo, tomaran también parte en los padecimientos de su Creador. Desapareció la clara luz del día y las tinieblas cubrieron la faz de la tierra desde el mediodía hasta las tres de la tarde. Oscurecido el sol de esta manera, aparecieron las estrellas como en plena noche. Et facta hora sexta, escribe san Marcos (Cap. XV), tenebrae factae sunt per totam terram. Et obscuratus est sol (Cap. XXIII), añade san Lucas. A sexta autem hora, dice san Mateo (Cap. XXVII) tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam. Este oscurecimiento del sol ocurrió en tiempo de plenilunio; por consiguiente no podía suceder sin un gran milagro. Pero se pregunta si aquellas tinieblas cubrieron sólo las tierras de Judea o si rodearon y oscurecieron también todo el globo. Es opinión común que las tinieblas cubrieran todo el globo. Tal es el sentido literal del Evangelio: Et tenebrae factae sunt in universam terram (san Lucas). Confirma esto san Dionisio Areopagita en su carta a san Policarpo, en la que habla (**Es12.538**))
<Anterior: 12. 537><Siguiente: 12. 539>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com