((**Es12.530**)
ponen a servir a Dios o, por lo menos, a amar más
la religión, precisamente porque encuentran esta
cortesía de maneras en quien saben que practica la
religión.
((**It12.628**)) Y
desgraciadamente sucede que, a veces, hay que usar
esta caridad de instruir, corregir y reprender a
los mismos padres. Sed fuertes también en esto,
hacedlo con valor, pero usando toda la caridad, la
amabilidad, la mansedumbre que hubiera usado san
Francisco de Sales, si se hubiera encontrado en
nuestro caso.
Todas éstas y otras son las maneras que todos,
sacerdotes, clérigos o seglares, de cualquier edad
o condición, pueden usar para trabajar en la viña
del Señor. Ved, pues, cómo todos pueden trabajar
en la mies evangélica de muchas y diversas
maneras, con tal de que cada uno sea celoso de la
gloria de Dios y de la salvación de las almas.
Ahora habrá alguien que pregunte:
-Pero, don Bosco, >>a qué quiere usted
referirse con esto? >>Qué quiere usted decirnos?
>>Por qué motivo nos manifiesta usted esto esta
tarde?
Amigos míos, aquel grito: Operarii autem pauci
no era para que se oyera sólo en tiempos antiguos,
en siglos pasados, sino para nosotros, en estos
nuestros tiempos, más necesitados que nunca. A la
Congregación Salesiana se le ofrece una mies que
crece de un día para otro desmesuradamente, que,
casi se diría, no sabe ya por dónde comenzar o
cómo organizar el trabajo. Por esto querría yo
veros a todos, y pronto, convertidos en buenos
operarios en la viña del Señor.
Llegan peticiones de colegios, de casas, de
misiones en número extraordinario, lo mismo de
nuestros pueblos de Italia, que de Francia y otras
tierras lejanas. De Argelia, de Egipto, de Nigeria
en Africa, de Arabia, de la India, de China y del
Japón en Asia, de Australia, de la República
Argentina, del Paraguay, de Gibraltar y se puede
decir de toda América, nos llegan peticiones para
abrir nuevas casas, porque en todas partes hay tal
escasez de operarios evangélicos que espanta a
quien considera el gran bien que se podría hacer y
que hay que abandonar por falta de misioneros.
Tenemos noticias desgarradoras enviadas por don
Juan Cagliero desde Argentina. Allí, las más de
las veces, cuando van a confesarse, no se
pregunta:
->>Cuánto tiempo hace que no os habéis
confesado?
Sino que se dice:
->>Os habéis confesado ya alguna vez?
Frecuentemente ocurre encontrarse con hombres y
mujeres de treinta o cuarenta años que no se han
confesado nunca. Y esto sucede, no por aversión a
las cosas de la Iglesia o a la confesión, sino
porque nunca tuvieron posibilidad de hacerlo. Y
figuraos cuántos se encontrarán en punto de muerte
y desearían, por lo menos en aquel momento, tener
un sacerdote a quien confesar las propias culpas y
recibir la absolución; pero ni siquiera esto les
es posible, porque rara vez encuentran un
sacerdote que pueda atenderlos.
Pero no es mi intención invitaros a ir a
lugares tan lejanos.
Eso pueden hacerlo algunos, no todos, ya sea
porque también aquí hay urgente necesidad, ya sea
porque por diversas razones no todos los que se
sienten llamados a la Congregación Salesiana
estarían dispuestos ((**It12.629**)) a ir a
tan lejanas tierras. Pero, frente a tanta
necesidad, frente a tanta falta de operarios
evangélicos, teniendo en cuenta que todos
vosotros, quién de una manera, quién de otra,
podéis trabajar en la viña del Señor, >>podría yo
estarme tranquilo y no manifestaros el secreto
deseo de mi corazón?
íCuánto desearía veros a todos lanzándoos al
campo del trabajo como otros tantos apóstoles! A
eso tienden mis pensamientos, mis cuidados, mis
trabajos. Por eso se
(**Es12.530**))
<Anterior: 12. 529><Siguiente: 12. 531>