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Carta del señor Gazzolo a don
Bosco
Rvmo. P. General Sr. D. J. B. Bosco:
Hace cinco días le escribí contestando a su
carta.
Le escribo hoy de nuevo para comunicarle varias
cosas que creo oportuno sepa usted.
Para el viaje desde Buenos Aires a esta Casa,
entre ida y vuelta, se necesitan doscientas liras
italianas, pero nosotros lo hemos hecho de balde,
porque yo di los pasos necesarios para obtener del
Gobierno, como lo obtuve, el pasaje de ida y
vuelta para mí, don Juan Cagliero y dos monjas 1.
Después de un viaje, el más bonito y pintoresco
que pueda hacerse, por distintos ríos con vistas
preciosas, maravilla de las maravillas de la
naturaleza, después de veinte horas de viaje,
llegamos a ésta el 17 de los corrientes, a las
seis de la mañana y fuimos recibidos en el muelle
por un grupo de los más distinguidos ciudadanos.
Por la tarde de ese mismo día, nos dieron un
magnífico banquete, en el que tomaron parte todos
los Salesianos aquí presentes, toda la comisión,
el párroco Ceccarelli con su clero, el que
suscribe, etc.
Hubo varios brindis agradeciendo a Gazzolo lo
que había hecho, y otros para los Salesianos;
Ceccarelli y yo hicimos otro en honor de la digna
Congregación y de don Bosco. Callo el resto para
no ser demasiado largo, y confiando que sus Hijos
ya darán a V. S. Rvma. detalle de todo. Creo un
deber de conciencia decirle que el doctor
Ceccarelli salió a recibirnos exprofeso en un
vaporcito a la distancia de quince millas y que se
las arregló con la aduana para todo lo que
trajeron sus Hijos; que puso a su disposición los
coches de dos caballos necesarios para todos y
durante todo el día; que durante ocho días los
acompañó en coche a todas partes donde fue
necesario; que además los llevó consigo y los tuvo
en su casa, tratándoles como a príncipes, etc...
El padre Cagliero es el único que duerme en casa
de Benítez, pero desayuno, comida, cena y todo
cuanto necesita lo tiene en casa de Ceccarelli,
((**It12.623**)) el
cual nos trata como a príncipes. No puedo
describir con palabras todo lo que hizo y hace con
los Salesianos el Dr. Ceccarelli.
Este Doctor, que tiene treinta y cuatro años,
aparenta más de cuarenta y cuatro, parece ya un
viejo, debido a su celo y constante laboriosidad.
He leído en los periódicos la muerte del Obispo
de Piacenza: me parece sería del caso que don
Bosco propusiese al Padre Santo para dicho
obispado, al Dr. Ceccarelli, digno y dignísimo
protector de los Salesianos, hombre de virtud y
letras, amadísimo aquí por todos y fundador de
muchas hermosas obras, como la de las Religiosas
de la Misericordia, de las Damas de la Caridad, de
diarios católicos y de otras obras piadosas y
santas. Este paso haría que sus Hijos se
convirtieran en dueños de la parroquia y del
pueblo y tendrían en Italia, en su persona, un
protector incansable y un Hijo afectísimo.
Piénselo, don Bosco, y recuerde que todos los
sacrificios mencionados y no mencionados, todos
fueron a costa de Ceccarelli. Piense en ello,
porque yo creo ha llegado
1 Son monjas italianas de la Misericordia, para
las cuales había fundado el Dr. Ceccarelli una
casa en su parroquia.
(**Es12.525**))
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