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Pero deseo que éstos sean Superiores no sólo de
nombre, sino también de hecho; por consiguiente,
obedézcanles y respétenlos todos realmente como
Superiores. Ellos por su parte, cuidarán de
ejercer diligentemente su cargo. Por lo tanto, si
hubiese alguna falta de disciplina en las escuelas
u otro inconveniente, yo no pediré cuenta ni a don
Miguel Rúa, ni a don Celestino Durando, sino a don
José Lazzero y a don Pedro Guidazio, y cuando
suceda algún desorden en el Oratorio o yo viere
que las cosas no marchan bien, me meteré con don
José Lazzero y le perruccheró 1, hasta que baste.
Toca a ellos dar razón de lo que pueda suceder, lo
mismo en cuanto a los jóvenes, que en cuanto a los
clérigos; y no sólo ellos, sino también los otros
superiores e inferiores tienen el deber de dar
cuenta de todo inconveniente, que pudiese suceder,
para poner remedio.
Y ahora vengamos a vosotros, queridos hijos
míos, más particularmente. Por mucho cuidado que
se ponga para que todo marche bien, siempre habrá
inconvenientes. Sé que muchos de vosotros se
portan como unos verdaderos san Luis, pero también
sé que muchos no se conducen demasiado bien. Ayer
mismo tuvimos que expulsar a algunos, como ya
sabéis. Es cosa que desagradó a todos, y más aún a
los padres, al ver llegar a casa al hijo, que ya
no puede ser aceptado aquí ni en otra parte;
porque, sabida la causa por la que fue expulsado
del Oratorio, seguramente ningún colegio lo querrá
admitir. Recordad cómo castigó Dios al desgraciado
que fue el primero en pecar contra el sexto
mandamiento. Puede leerse en la Sagrada Biblia.
Por eso guárdese cada uno especialmente de la
inmodestia en actos y palabras. Este es el vicio
que más daño acarrea a la juventud...
También los perversos estiman la bondad, aunque
ellos no la practiquen. Mirad; hay padres que
reconocerán ser ellos malos por los cuatro
costados, pero quieren que sus hijos se mantengan
buenos o se hagan tales, si no lo fuesen, y están
conformes en que se eduquen religiosamente. Hay
padres dados a la bebida, verdaderos borrachos,
pero íay si saben que su hijo pone el pie en la
taberna! Puede ser un jugador, que se juega toda
su hacienda y hasta lo que no es suyo, pero íay si
sorprende a su hijo jugando! El será descomedido
((**It12.584**)) en la
conversación, pero íay si supiese que en presencia
de su hijo se ha dicho una palabra escandalosa!
>>Y eso, por qué? Porque ellos saben los graves
daños que acarrean estos vicios. Recuerdo, por
traeros un ejemplo, a un hombre, ya avanzado en
años, con el cabello blanco, muy respetable, pero
sin religión, que vino a hacerme estas
recomendaciones, no hace muchos días:
-Cuide de que mi hijo practique las devociones
del colegio, que oiga misa, que se confiese y
comulgue, que se prepare para la confirmación, que
tenga buena conducta.
-Pero >>usted, le dije, conoce la importancia
de estas cosas?
-íVaya si las conozco!
->>Y las practica?
-Es verdad, añadió, que yo soy malo, que soy un
desgraciado, mas precisamente por eso no quiero
que mi hijo llegue a ser así.
Entonces le dije:
-Si usted tiene tanto interés en que su hijo
sea educado religiosamente, >>por qué no quiere
ser usted mismo como él?
-Es imposible, me respondió, al menos por
ahora... a mi edad..., además allá en
1 Palabra piamontesa que literalmente equivale
a <>, es decir <>.
(**Es12.492**))
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