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((**Es12.49**) y hablarle por última vez. Venga, venga pronto, porque de otra manera ya no tendrá tiempo. Yo, sin saber adónde, marché a toda prisa detrás de aquél. Llego a cierto lugar y veo a gente triste y llorosa que me dice: -Pronto, pronto, que está en las últimas. -Pero >>qué es lo que ha sucedido?, pregunté. Y me introdujeron en una habitación, en la que vi a un joven acostado, con el rostro descompuesto, color cadavérico y una tos, una respiración y un ronquido que lo ahogaba y apenas le permitía hablar. -Pero >>no eres fulano?, le dije. -Sí, soy yo. ->>Cómo te encuentras? -Muy mal. ((**It12.46**)) ->>Y cómo te veo en tal estado? >>Ayer y esta misma mañana, no paseabas tranquilamente bajo los pórticos? -Sí, replicó el joven, ayer y esta mañana paseábamos bajo los pórticos; pero, ahora, dese prisa que necesito confesarme; me queda muy poco tiempo. -Calma, calma; hace pocos días que te has confesado. -Es cierto, y no creo tener culpa grave en mi corazón; pero, a pesar de ello quiero recibir por última vez la santa absolución, antes de presentarme al Divino Juez. Yo escuché su confeisón. Y entretanto observé que iba empeorando visiblemente y que la tos estaba a punto de ahogarlo. -Aquí es necesario proceder a toda prisa, dije para mí, si quiero que reciba aún el Santo Viático y la Extremaunción. El Viático no lo podrá recibir porque necesitaría más tiempo para prepararse o porque no podría tragar la forma. íPronto, los Santos Oleos! Y, diciendo esto, salí de la habitación y mandé inmediatamente a un individuo por la bolsa de los Santos Oleos. Los jóvenes que se hallaban presentes me preguntaron: -Pero >>está realmente en peligro? >>Está en las últimas como dicen? -Seguro, respondí, >>no veis que tiene la respiración cada vez más difícil y que la tos le sofoca? -Pero sería mejor traerle el Viático, y, así fortalecido, enviarlo a los brazos de María. Y mientras yo me afanaba preparando lo necesario, oí una voz que dijo: -íYa expiró! Volví a entrar en la habitación y me encontré al enfermo con los ojos extraviados, sin respiración, muerto. ->>Ha muerto?, pregunté a los que lo asistían. -íHa muerto, me respondieron, ha muerto! ->>En tan poco tiempo? Decidme: >>no es éste fulano? -Sí, es fulano. -No puedo dar crédito a mis ojos. Ayer mismo estaba paseando conmigo bajo los pórticos. -Ayer paseaba y hoy está muerto, me replicaron. -Por suerte era un joven bueno, exclamé. Y proseguí diciendo a los que estaban a mi alrededor: ->>Veis, veis? Este no ha podido ni siquiera recibir el Viático, ni la Extremaunción. Demos con todo gracias al Señor que le concedió tiempo para confesarse. Era un(**Es12.49**))
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