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((**Es12.484**) que te hallas en el último momento de tu vida, y dime por favor: >>qué hacer entonces? Examínate de todas las culpas que cometiste, como si te encontraras en la agonía, próximo a dar cuenta al Señor de todas tus acciones, y después ya puedes hacer tu confesión. Estoy convencido de que la mayor parte de vosotros cumple bien; pero quisiera insistir a algunos para que también ellos se determinen a hacer con todo el empeño posible confesiones verdaderamente buenas. En conclusión, os sugiero únicamente dos cosas para esta novena: una buena confesión y recibir cada día la santa comunión, si no sacramental, por lo menos espiritual, que consiste en un vivo deseo de recibir a Jesucristo en nuestro corazón. Buenas noches. Durante la novena, el día 3 de diciembre fue a decir una palabra especial a los aprendices. Recordó por tercera vez a Domingo Savio. Sus palabras para animarlos a hacer bien la novena, debieron obtener buen resultado, porque don José Lazzero escribe en su breve croniquita con fecha 8 de diciembre: <>. ((**It12.574**)) Ya no podréis seguir quejándoos de que don Bosco no os viene a ver. Vosotros creéis que yo hablo todas las noches a los estudiantes, pero no es así: desde agosto hasta hoy sólo he ido dos veces. Además, otra disculpa, y es que toca la campanilla para el rezo de oraciones, cuando nosotros no hemos terminado todavía de cenar, y así no hay tiempo para venir aquí. Tenéis, además, a don Miguel Rúa y a don Juan Branda, que saben decíroslas de todos los colores. Pero, si no vengo yo a veros, ívenid vosotros a verme a mí! Los estudiantes saben venir a buscarme a la sacristía y me alegro de que también lo hagan algunos aprendices; pero, en esto, los estudiantes os ganan con mucho. Pues bien, vengaos vosotros así: ->>No quiere don Bosco venir a vernos? íBueno, pues iremos nosotros a buscarle! Una cosa que quería deciros es que estamos en la novena de la Inmaculada Concepción, y os digo lo que ya he dicho a los estudiantes el primer día de la novena: que, después de esta fiesta, tengan todos arregladas las cosas de su alma. Si alguno tuviese un desarreglo espiritual, un enredo que deshacer, no deje pasar esta ocasión de la fiesta de la Inmaculada, si no quiere poner su alma en peligro de condenarse. Con esto no quiero decir que todos tengáis que hacer confesión general; no es eso; al contrario, quien ya la hubiese hecho, no conviene que vuelva a hacerla; pero hagan todos una confesión según la necesidad de la propia conciencia. Necesitaría una confesión general aquel que va a confesarse y siempre se confiesa de las mismas culpas. El que confiesa hoy una mentira y siempre se acusa de mentiras; el que se confiesa y siempre tiene que acusarse de enredar en la iglesia, de desobedecer, de no respetar a los asistentes, de malas conversaciones, de bromas y chistes escandalosos, de malas costumbres. >>Serán siempre buenas estas confesiones? Respondo con las palabras del Evangelio. Por los frutos se conoce una planta. Si las confesiones no reportan provecho, hay que temer que, si no son sacrílegas, al menos sean nulas. Será, pues, necesario escudriñar el propio corazón y buscar la razón de ello; si hay falta de examen, de (**Es12.484**))
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