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de que nos prestaría este importante servicio y de
que hablaría con el mismo Eminentísimo Cardenal si
fuese necesario. Este es el motivo por el que
acudo a V. E. poniendo mi confianza en su conocida
bondad. De momento necesito dos cosas. El año
pasado fueron concedidas las facultades de
misioneros apostólicos a diez salesianos, que
salieron para la República Argentina. Ahora se
necesitarían las mismas facultades para
veinticuatro, que acababan de salir para el
Uruguay, la misma República Argentina y Patagonia.
Mas para no renovar siempre el mismo trabajo a esa
benemérita Congregación de Propaganda, suplico que
se conceda una facultad general, en virtud de la
cual todos los salesianos que salgan para las
misiones en el extranjero, gocen de los favores y
gracias espirituales que suelen concederse a los
misioneros apostólicos.
El otro ruego es el siguiente. En este momento
nuestros misioneros deben abrir, amueblar y poner
en servicio cinco iglesias. Una en Montevideo,
tres en Buenos Aires y otra en San Nicolás de los
Arroyos, ((**It12.436**)) donde
se ha abierto un colegio para preparar operarios
evangélicos para los Pamperos y Patagones.
Suplico a V. E. tenga a bien concedernos
algunos ornamentos y vasos sagrados, misales,
antifonarios, graduales, libros en castellano o
inglés, cálices, copones y otros enseres de este
género, de los que pudiese disponer la Propaganda
Fide y de los que ya el Eminentísimo Franchi me
había dado alguna esperanza. Mi procurador
general, en la persona del señor Alejandro
Sigismondi, reside en la calle Sistina, 104; es
nuestro insigne bienhechor, que se presentará para
cualquier recado, y abonará los gastos que pidiere
el caso.
He aquí un trabajo más para su Excelencia
Reverendísima; yo no puedo demostrar mi
agradecimiento como querría, pero aseguro que
desde este momento todos los salesianos harán
especiales oraciones para que Dios le colme de sus
celestes bendiciones, le conceda largos días de
vida feliz, y en su día le recompense con el
premio de los justos en el cielo.
Con el máximo aprecio y gratitud tengo el alto
honor de poderme profesar de V. E. Rvma.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El Siervo de Dios, que seguía con el
pensamiento a sus hijos, mientras surcaban el
Océano, volvió a escribir a Cagliero:
Queridísimo Cagliero:
1.° Para tu tranquilidad te comunico que los de
Montevideo no pudieron salir el día 20; aquel
barco no es de la misma sociedad, por lo cual
tienen que aguardar en Burdeos hasta el 2 de
diciembre para llegar a Montevideo el 29, otros
dicen que el 26, en lugar del 29.
2.° Religiosas de la Misericordia te darán
noticias; ya que ellas llevan también una parte
del equipaje, que los nuestros no pudieron
embarcar en el Savoie.
3.° Haces bien en estudiar el inglés, pero sin
olvidar el castellano, y para ir a las Indias,
>>verdad?
4.° El Padre Santo, con decreto expreso, ha
puesto a los Conceptinos bajo nuestra autoridad
para hacer de ellos otros tantos salesianos. Es
una empresa nueva en la Iglesia. Veremos lo que
resultará.
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