((**Es12.45**)
-Si es así os lo contaré. No quería decir nada,
porque hay cosas que se refieren a algunos de
vosotros en particular, y algunas otras que te
interesan también a ti, y que no gusta oírlas;
pero como me lo has pedido, las contaré.
-Pero, don Bosco, por favor, si hay algún palo
para mí, no me lo vaya a dar aquí en público.
-Yo contaré las cosas como las soñé; que cada
uno tome lo que le corresponde. Pero antes es
necesario que cada uno recuerde bien, que los
sueños se tienen durmiendo y durmiendo no se
razona; por eso, si en lo que os voy a contar hay
alguna cosa buena, alguna amonestación provechosa,
acéptese. Por lo demás que nadie pierda la
serenidad. Ya os he dicho que al soñar por la
noche yo estaba durmiendo, pues hay algunos que
sueñan también de día y algunas veces estando
despiertos, con lo que causan verdaderos disgustos
a sus profesores convirtiéndose en alumnos un
tanto fastidiosos.
Me pareció encontrarme lejos de aquí, cerca de
Castelnuovo de Asti, mi pueblo. Tenía ante mí una
gran extensión de terreno, situada en una amplia y
bella llanura; pero aquellas tierras no eran
nuestras, ni yo sabía de quién fuesen.
En aquel campo vi a muchos trabajando con
azadas, palas, rastrillos y otras herramientas.
Uno araba, otro sembraba, éste allanaba la tierra,
aquél hacía otra cosa. Veíanse acá y acullá los
capataces dirigiendo los trabajos y entre estos
últimos me pareció encontrarme también yo.
Diversos coros de labradores estaban en otra parte
cantando. Yo lo observaba todo maravillado y no
sabía identificar aquel lugar para mí desconocido,
mientras me decía a mí mismo.
-Pero >>por qué trabajan éstos tanto:
Y me contestaba:
((**It12.42**)) -Para
proporcionar el pan a mis muchachos.
Y era verdaderamente admirable el ver cómo
aquellos buenos agricultores no interrumpían ni
por un instante su labor, aplicados constantemente
a sus tareas con un ardor creciente y con una
diligencia similar. Sólo algunos reían y bromeaban
entre sí.
Mientras contemplaba tan hermoso espectáculo,
dirigí la vista a mi alrededor y comprobé que me
rodeaban algunos sacerdotes y muchos de mis
clérigos, unos muy próximos a mí y otros un poco
más distantes.
Me decía a mí mismo:
-Debo de estar soñando; mis clérigos están en
Turín; aquí, en cambio, estamos en Castelnuovo.
Además, >>cómo puede ser esto? Estoy vestido de
invierno de los pies a la cabeza; ayer mismo sentí
un frío intensísimo y, en cambio, aquí están
sembrando el trigo.
Y me tocaba las manos y continuaba caminando,
mientras me decía:
-Pero no, no debe ser un sueño, porque lo que
estoy viendo es un campo; este clérigo es el
clérigo A... en persona, y aquel otro el clérigo
B... además, en el sueño >>cómo iba a poder ver
esto y lo otro?
Entretanto vi allí cerca, aunque aparte, a un
anciano que, por su aspecto, parecía(**Es12.45**))
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