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los sacerdotes rezaron en coro el oficio divino,
mientras los otros cantaban a media voz coplas
sagradas. De esta forma ((**It12.519**)) se las
apañaron también para engañar los estímulos del
estómago, agudizados más que calmados con los
escasos bocados de pan comprados por el camino con
los céntimos, que a alguno le habían quedado en el
fondo de los bolsillos; de suerte que llegaron a
Roma sin un céntimo y con un apetito formidable.
Don Antonio Sala esperaba en la estación a los
viajeros con dos ómnibus para llevarlos a la
Trinit… de los peregrinos. El querido Sigismondi
tomó consigo a don Bosco y lo llevó a su casa, en
donde le prodigó las más delicadas atenciones.
Apenas habían recuperado sus fuerzas, después
de un ayuno de veinticuatro horas, cuando una
alegre noticia los embelesó; íel Papa, el Papa Pío
IX los iba a recibir en audiencia enseguida, al
día siguiente!
No cabían en sí de gozo.
A las doce del día 9 se encontraban en
semicírculo en la sala contigua a la que solía
emplear Su Santidad para las recepciones privadas,
cuando apareció de pronto el Padre Santo,
acompañado por los Eminentísimos Asquini,
Caterini, Franchi, Di Pietro y muchos Prelados,
Obispos y Arzobispos.
-Aquí tenemos, dijo con acento paterno, aquí
tenemos un grupo de Salesianos, que van a América.
Dios os bendiga, hijos míos, y que la Santísima
Virgen os proteja.
En aquel momento, impulsados por el afecto e
imaginando que podían hacer como en el Oratorio,
se lanzaron todos a una hacia el Papa para besarle
la mano.
-No, no, dijo sonriendo el Pontífice, servate
ordinem. Yo daré la vuelta y todos podréis
satisfacer vuestra devoción.
Empezó por el jefe de la expedición.
-Este, Padre Santo, dijo don Bosco, es el
sacerdote Bodrato, jefe de la nueva expedición.
Estos, que le siguen, van con él a Buenos Aires.
-Buenos Aires, observó el Padre Santo, es una
buena ciudad, donde yo estuve el año 1823. Hay un
Obispo muy celoso. Dios os acompañe siempre.
-Estos van destinados a San Nicolás y les guía
el sacerdote Remotti. Aquel colegio ha llegado a
ser muy numeroso y es necesario aumentar el
personal.
((**It12.520**)) -San
Nicolás de los Arroyos, continuó hablando el Padre
Santo, es una ciudad por la que he pasado. Allí
hay muchos italianos. Tendréis mucho que hacer.
Pero es la última ciudad hacia las tierras de los
salvajes. Hará falta mucha paciencia y mucha
prudencia.
-Este tercer grupo, guiado por el profesor don
Luis Lasagna, se
(**Es12.440**))
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