((**Es12.44**)((**It12.40**))
CAPITULO II
DOS SUEÑOS: LAS MURMURACIONES; TRES
DEFUNCIONES
EN la segunda quincena de enero tuvo el Siervo de
Dios un sueño simbólico del que dio cuenta a
algunos Salesianos. Don Julio Barberis le pidió
que lo contara en público, porque sus sueños
gustaban mucho a los muchachos, les hacían mucho
bien y con ellos cobraban gran cariño al Oratorio.
-Sí, es verdad, contestó el Beato, hacen mucho
bien y se oyen con interés; el único perjudicado
soy yo, que necesitaría tener pulmones de hierro.
Se puede decir que no hay uno sólo en el Oratorio,
que no se sienta movido al oír estas narraciones;
porque de ordinario estos sueños se refieren a
todos, y cada uno quiere saber en qué estado lo he
visto, qué debe hacer, qué significa esto o
aquello y así me atormentan día y noche, y si
quiero despertar el deseo de confesiones
generales, no tengo más que contar un sueño...
Escucha, hagamos una cosa. El domingo iré a hablar
a los muchachos y tú pregúntame en público.
Entonces yo contaré el sueño.
El 23 de enero, después de rezar las oraciones
de la noche, subió a la cátedra. Su rostro
radiante de alegría manifestaba como siempre su
satisfacción por encontrarse con sus hijos. Cuando
eljuvenil auditorio se fue sosegando y callando,
don Julio Barberis pidió la palabra y preguntó:
-Perdone, don Bosco, >>me permite hacerle una
pregunta?
((**It12.41**)) -Habla,
habla, replicó el siervo de Dios.
-He oído decir que en estas noches pasadas ha
tenido un sueño sobre sementera, sembrador,
gallinas... y que se lo ha contado ya al clérigo
Calvi. >>Sería tan amable que nos lo quisiera
contar también a nosotros? Crea que nos
proporcionaría un gran placer.
-íQué curioso!, dijo Don Bosco en tono de
reproche. Y la risa fue general.
-No me importa que me llame curioso, con tal de
que nos cuente el sueño. Y con estas palabras creo
interpretar la voluntad de todos, que ciertamente
le escucharán con sumo gusto.(**Es12.44**))
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