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((**Es12.406**) ->>Don Bosco, que se cree tan sabio, desconoce estas cosas? Es cierto que si combates con todas tus fuerzas la filoxera y enseñas a tus hijos la manera de combatirla a conciencia, tu Sociedad no dejará de florecer. >>Sabes qué es la filoxera? -Sé que es una enfermedad que ataca a las plantas causando grandes estragos, hasta destruirlas. ->>Y esta enfermedad de qué proviene? -Es originada por una multitud infinita de animaluchos que se adueñan de ella. ->>Qué hay que hacer para salvar a las plantas próximas a la destrucción? -De esto no sé decirte nada. -Escucha, pues, lo que te voy a decir. La filoxera comienza a aparecer sobre una sola planta y no pasa mucho tiempo cuando todas las plantas próximas a ésta aparecen atacadas del mismo mal, aun encontrándose a bastante distancia; ahora bien, cuando en una viña, en un huerto o en un jardín, aparece la enfermedad, la infección se extiende rápidamente y la belleza y los frutos que se esperaban quedan arruinados. >>Sabes cómo se extiende el mal? No por contacto, porque la ((**It12.478**)) distancia lo impide; no porque los animalitos bajen al suelo y atraviesen el espacio que separa a las plantas; la experiencia lo confirma: es el viento el que levanta esta maldición y la desparrama sobre las plantas aún sanas. Es una desgracia que se propaga en un abrir y cerrar de ojos. Pues bien, has de saber que el viento de la murmuración lleva muy lejos la filoxera de la desobediencia. >>Comprendes? -Comienzo a comprender. -Ahora bien, los daños que ocasiona esta filoxera impulsada por un viento semejante, son incalculables. En las casas más florecientes hace marchitar, en primer lugar, la mutua caridad; después, el celo por la salvación de las almas; después engendra el ocio; después agosta todas las demás virtudes religiosas y, finalmente, el escándalo las hace objeto de reprobación por parte de Dios y por parte de los hombres. No es necesario que uno de los depravados pase de un colegio a otro: basta que este viento sople desde lejos. íConvéncete! Esta fue la causa que llevó la destrucción a ciertas Ordenes religiosas. -Tienes razón. Reconozco la verdad de cuanto me dices. Pero >>cómo poner remedio a tan gran desgracia? -No bastan paños calientes, hay que tomar medidas extremas. Para atajar el mal que produce la filoxera se pensó en sulfatar las plantas atacadas, se recurrió al agua de cal, se inventaron otros remedios; pero todo ello no sirvió de nada, porque una sola planta atacada (**Es12.406**))
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