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((**Es12.401**) os repugna, hacedlo igualmente, hacedlo de buena gana, pensando que con esto ganaréis el amor de Nuestro Señor Jesucristo y un premio eterno en el cielo. Tenga, además, cada uno un ejemplar de las Reglas; leedlas, estudiadlas y sean ellas como nuestro código, al que nos empeñemos en ajustar totalmente nuestra vida. De todas las Reglas obsérvense sobre todo las prácticas de piedad y de éstas, como recuerdo especial, deseo que se introduzca y se haga bien cuanto se refiere al ejercicio de la buena muerte. Puedo aseguraros que quien hace bien este ejercicio mensual, puede estar tranquilo en cuanto a la salvación de su alma y seguro de caminar siempre por la verdadera senda de la propia vocación. Ocurrirá a algunos que no pueden encontrar un día libre de ocupaciones; no importa, hagan solamente lo que es estrictamente necesario para cumplir su oficio; pero no quede nadie sin hallar en aquel día una media hora para pensar seriamente en estos puntos: 1.° Si yo muriese en este momento, >>tengo algún lío en la conciencia? 2.° >>Cuáles han sido mis defectos principales en este mes? 3.° Comparando este mes con los anteriores, >>cuál marchó mejor? 4.° Si muriese ahora, >>dejaría algún lío en mi gestión o en mis oficios? >>No dejaría en apuros a mis Superiores en lo tocante a lo que poseo y en las gestiones materiales que me conciernen? Al hacer estas consideraciones, procurad arreglar verdaderamente cuantos inconvenientes podáis encontrar. Todavía un pensamiento respecto a las dudas que alguno pudiera tener sobre su vocación. >>Estoy realmente llamado a esta Congregación? >>Estoy completamente seguro de que la vida que he abrazado es verdaderamente la que Dios pide de mí? Ante todo os digo, y tenedlo siempre muy presente, que nunca acepté a ninguno que no me constara con toda seguridad que era llamado a esta forma de vida por el Señor. Además, pensad: opino que el hecho de haber venido todos vosotros aquí para reuniros en Lanzo, de una y de otra parte, venciendo obstáculos de diverso género, dejando vuestras ocupaciones, y la ocasión especial de encontraros en este momento aquí, esto sólo, creo yo que es una verdadera señal de que Dios os llama para abrazar este estado. En este momento, no temo, en absoluto, ((**It12.472**)) deciros que todos los que estáis aquí, todos sois llamados por el Señor; sólo falta que correspondáis, aplicándoos con toda el alma a observar las Reglas. íAh, sí! Yo contestaría a cada uno lo mismo que el Salvador contestaba a aquel tal: Si vis ad vitam ingredi, serva mandata... Hoc fac et vives (Lucas, X, 28). ...Hoc fac et vives. Observa las Reglas. Pero, >>qué más? Haz esto y vivirás. >>Sabéis cuándo empieza a ser dudosa la vocación? Comenzaréis a tener dudas cuando empecéis a contravenir las Reglas. Entonces, sí que vendrán las dudas, y, si se sigue faltando a las Reglas, se corre grave peligro de perder la vocación. Animo, pues; observancia exacta de nuestras Reglas; y sea éste el recuerdo que ponga el sello a todos los otros, a los que al paso os fue sugiriendo el buen Predicador, a los que os sugirió vuestra piedad en las meditaciones, en los exámenes de conciencia, en la santa comunión; y también a cuanto yo os he sugerido en esta misma conferencia; y ívivid felices! La segunda tanda de ejercicios se entristeció con una trágica desgracia. Mientras estaban los ejercitantes en la capilla del colegio pendientes (**Es12.401**))
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