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que acudir a la segunda tanda, y de invitación a
los jóvenes o amigos que deseasen tomar parte en
ella. Decía así:
Queridísimo en Cristo:
Tengo el gusto de comunicarte que nuestros
ejercicios espirituales comenzarán el 20 de este
mes, según costumbre, en el colegio de Lanzo.
Si tú, como manifestaste, quieres tomar parte,
procura venir un poco antes a Turín para las
oportunas disposiciones del viaje y otras cosas
que nos conciernen.
Dios te bendiga, y ruega por mí, que soy en
Jesucristo tu
Turín, 1 de septiembre de 1876.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
La forma de la invitación difería notablemente
de la empleada en años anteriores 1; pero, como
esta buena obra había dado lugar en el 1874 a
incidentes desagradables, don Bosco, para nadar y
guardar la ropa, es decir, para evitar
malentendidos y no dejar de hacer el bien, redactó
la pequeña circular de esa manera.
Al fin de los ejercicios hubo dieciocho
profesiones perpetuas y dieciocho trienales 2. Por
lo que a esta tanda de ejercicios se refiere no
sabemos nada más que un episodio singular y un
singularísimo sueño.
El episodio se refiere a don Miguel Unia, el
apóstol ((**It12.462**)) de los
leprosos en el lazareto de Agua de Dios
(Colombia). Llegó de su pueblo, Roccaforte
Mondoví, al Oratorio precisamente al principio de
esta segunda tanda de ejercicios y fue enviado sin
más a Lanzo. Don Bosco no lo conocía en absoluto.
Como viera Unia en los últimos días de los
ejercicios que todos iban a confesarse con don
Bosco, fue él también. Ahora bien, resultó que
quería hacer su confesión desde la última Vez que
se había acercado a los Sacramentos, pero don
Bosco le preguntó:
->>No te parecería bien hacer confesión
general?
-No estoy preparado y en este momento no me
siento capaz de hacer el examen.
->>Qué importa eso? Yo te iré diciendo todos
tus pecados y tú no tendrás más que contestar sí a
todas mis preguntas.
1 Apéndice, doc. 41.
2 En 1876 hubo en los colegios otras cuatro
profesiones trienales y otras dieciocho perpetuas.
Damos en otro lugar los nombres de todos
(Apéndice, doc. 42). Algunos viven todavía; y de
los fallecidos no se ha borrado enteramente el
recuerdo.
(**Es12.392**))
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