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CAPITULO XIV
COSAS DE LOS COLEGIOS
POCAS cosas tenemos que contar de los colegios en
la segunda mitad del año. Empezaremos por Liguria.
El Beato Fundador volvió otras dos veces por
aquella región; la primera en julio y después con
ocasión de la partida de los misioneros. La
segunda vez fue más bien como de paso; hablaremos
de ella cuando lleguemos al tema de los
misioneros. En cambio en julio hizo una verdadera
visita; pero nos vemos obligados a seguir sus
huellas tras la guía de sobrios documentos.
El jueves 20 de julio lo encontramos en
Alassio, a través de dos cartas que escribe desde
allá a Niza (Francia) y a Turín. En Niza andaban
con las negociaciones para la compra de la nueva
casa; don Juan Bautista Ronchail llevaba los hilos
de la trama, pero siempre bajo la dirección del
Beato, que ya en el mes de junio le había enviado
instrucciones precisas, claras y firmes.
Queridísimo Ronchail:
Despachadas las cosas principales y urgentes,
paso a nuestras cosas de Niza, que también tomo
muy a pechos. Te digo, pues:
1.° Las indulgencias anunciadas y a comunicar
con la hoja, que te he enviado, se extienden a los
bienhechores del Patronato de San Pedro, pasados,
presentes y futuros. Es más, pueden gozar de éstos
y otros favores, que te enviaré impresos, todos
los que se hagan bienhechores nuestros. Lo podrás
ver por el Breve que se está imprimiendo ya.
((**It12.407**)) 2.°
Para la casa Gautier es preciso que hables con
nuestro querido barón Héraud, que nos debe ayudar
a realizar el gran milagro de reunir los medios
necesarios. Ruégale de mi parte que te acompañe al
bondadoso notario señor Sajeto para preguntarle si
se podría hallar la cantidad que necesitamos,
mediante la hipoteca correspondiente. Si hicieren
falta inmuebles para garantizar un préstamo,
podemos ofrecer nuestras casas y terrenos hasta la
suma deseada. Yo prefiero hacer el préstamo en
Francia, porque sufriríamos una gran rebaja al
permutar nuestro papel moneda por oro.
3.° Si no se encontrase en absoluto este
préstamo, entonces dígase al señor Sajeto, si
podría satisfacer nuestra necesidad con créditos
hipotecarios, que yo podría tener a mi disposición
hasta cincuenta mil francos y cuyo cobro no es
lejano.
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