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era de siete metros; el pobrecito, al dar con el
vientre en el suelo, se hirió; pero a los pocos
minutos se levantó riendo. Acudió a toda prisa el
médico y vio que era menester coserle una ancha
herida. Tres días más tarde hubo un paseo general
a Superga; quiso ir él también y corrió tanto que
se le abrió otra vez la herida. Pero él, sin
perder la tranquilidad, fue a tomar el ómnibus y,
cuando bajó, vino serenamente hasta casa. Nada más
volver el médico a coserle la herida y vendársela,
mondó alegremente una manzana y se la comió. Curó
completamente.
-Hace pocos días un muchacho del primer curso
corrió para esconderse cuando jugaba a tíngolo 1
(al escondite), metió el pie en la abertura hecha
para el montacargas del nuevo comedor y cayó a
plomo al sótano. Pero, enseguida, sin darse cuenta
siquiera del peligro que había corrido, huyó a
todo escape para no caer en manos del que le
perseguía.
-Un gran portón lateral de la iglesia de María
Auxiliadora se tumbó sobre el adoquinado de los
pórticos, donde los muchachos apelotonados
jugaban; pero ninguno sufrió el menor daño. El
peligro fue tal como para haber quedado aplastados
por lo menos unos veinte.
-Un joven, jugando a guardias y ladrones, se
escondió en un conducto abierto en la pared,
destinado a echar la basura. Otro se lanzó tras
él, lo siguió hasta el agujero y gritó:
-íMira, soy una serpiente! íQue te como!
El pobrecito se desmayó de miedo. Le sacaron de
allí, le llevaron a la enfermería y no daba
señales de vida. Llegó el médico y no sabía qué
razones dar del caso. Mientras se preparaba para
aplicarle un reactivo enérgico, y otro de los
presentes pensaba en la Unción de los enfermos,
dio un brinco el desmayado, se restregó los ojos y
dijo:
-Ya estoy bien.
Y, sin decir más, se escapó de la enfermería,
dejando allí plantados y estupefactos a los
presentes.
-Fueron unos cuantos muchachos a pasar las
vacaciones en la casa de Trofarello, y uno de
ellos, Fiore, cayó en un hondo estanque. Otro,
Finocchio, se lanzó para salvarlo. No lo logró y
salió a flote para respirar; volvió a zambullirse
y reapareció sosteniendo fuera del agua al
compañero, que al momento fue sacado fuera por los
otros. ((**It12.402**)) íCostó
tiempo para lograr reanimarlo! Es imposible
describir la desolación y el terror de los
compañeros y del profesor Francesia.
1 No he logrado saber que juego puede ser éste,
después de haber leído más de doscientos juegos en
un diccionario italiano. Y lo siento... Digo yo,
si sería <>. (N. del T.)
(**Es12.343**))
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