((**Es12.332**)
trabajé y derramé tantos sudores, pensaba sacar un
poco ((**It12.388**)) de
lana y también un poco de queso, y ahora me doy
cuenta de que trabajé en vano. Opera et impensa
periit (Se malogró el trabajo y el gasto).
-No, replicaron las ovejas con un lenguaje por
todos entendido, no; algunas ovejas se llevaron la
lana, pero nosotras te compensaremos no sólo con
la nuestra, sino hasta con nuestra piel.
El pastor se sintió contento e hizo mil
caricias a las ovejas que permanecieron fieles en
el redil, y en los pastos, sin dejarse seducir por
lisonjas.
Un buen premio a quien me dé la explicación de
cuanto acabo de exponer.
Dios nos bendiga a todos y rezad por quien se
profesa,
Vuestro afmo. amigo en J. C.
JUAN
BOSCO, Pbro.
No desagradará, así lo espero, un breve
intermedio que no desentona con el título de este
capítulo. Hemos desenterrado una cartita, que nos
parece oportuno reproducir. La escribe un tal Luis
Piasco, natural de Sampeyre, alumno del quinto
curso de bachillerato en el Oratorio y que
aparecerá inscrito entre los novicios clérigos del
año siguiente. Se dirige a un <>, que
muy probablemente era don Julio Barberis; en
efecto, la hojita está toda ella llena de apuntes
en sus espacios libres, que revelan con certeza su
mano y que debieron servirle de señal para la
compilación de su croniquilla. El joven sintió en
el mes de junio, quizás por hallarse indispuesto,
necesidad de reponerse y expresó su deseo de ir a
respirar los frescos aires de Lanzo. Don Bosco
accedió, y desde aquellas alturas prealpinas le da
las gracias. Del contexto se deduce que o sólo fue
allí para gozar de aquel favor. El humilde
documento, rebosante de gratitud, nos demuestra
con tantos otros lo mucho que tenía de sabor
familiar la vida de los muchachos en el Oratorio.
Reverendo Superior:
Le doy gracias por haberse esmerado tanto para
que fuera satisfecho tan pronto mi deseo de venir
a pasar unos días aquí en Lanzo. Ni siquiera los
padres se darían tanta prisa para condescender tan
fácilmente con los deseos de sus hijos, prueba
evidente del amor que los superiores nos tienen.
También aquí nos tratan con todas las
atenciones posibles y procuran contentarnos, hasta
donde es posible, de modo que no se puede desear
más. >>Y qué debemos hacer nosotros por ((**It12.389**)) los
que tantas atenciones nos dispensan? La respuesta
cae de su peso sin titubeos; procuraremos
corresponder a sus deseos.
Diga a don Bosco lo mucho que le quiero y
preséntele mi agradecimiento, porque gracias a él
me encuentro en la mejor situación que pudiera
desear.
Mientras tanto, dígnese aceptar mis
sentimientos de amor y gratitud.
Lanzo, 13-6-1876.
LUIS PIASCO
(**Es12.332**))
<Anterior: 12. 331><Siguiente: 12. 333>