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CAPITULO XIII
COSAS DE FAMILIA
>>HAY algo más de familia que la res familiaris
(los bienes de fortuna, el patrimonio)? La
cuestión económica daba siempre que pensar
seriamente en el Oratorio. A mediados de agosto
escaseaba tanto el dinero que, teniendo un hermano
que ir a Borgo San Martino, no se encontró en la
caja central de la administración lo suficiente
para pagarle el viaje. El coadjutor Pelazza,
director de la tipografía, tenía treinta mil liras
de deuda con la fábrica de papel, que ya se negaba
en redondo a suministrar más papel; el coadjutor
Rossi, proveedor, debía sesenta mil liras a la
fábrica de tejidos, que amenazaba con no expedir
más tela. Este mismo coadjutor ya no se atrevía a
dejarse ver por los acreedores; y, cuando
encontraba a don Bosco, se ponía a su lado con los
demás, pero sin pedirle nunca, pues sabía muy bien
en qué aguas se navegaba. Una tarde el Siervo de
Dios rompió el hielo y dijo:
-íVerdaderamente es necesario que pensemos en
ello en serio! íMira, Rossi, te enviaré todo el
dinero que recibamos! Ya he escrito unas cartas
que espero den su fruto. Pero, de momento, no
haremos nada, porque todos los señores están en el
campo; ahora no hay ninguno en Turín.
El último día de octubre con <>,
escribió a Cagliero; y quince días después le
repetía: <>. A pesar de todo estas lastimosas
estrecheces económicas no lo ((**It12.373**))
amedrentaban. <>, decía 1, no para
manifestar sus esperanzas en el futuro, sino con
la seguridad de una realidad presente.
Sostenido por esta gran confianza sobrenatural,
el Beato no escatimaba gastos cuando se trataba de
vocaciones. Hubo quien propuso obligar a los
nuevos clérigos a costearse los hábitos
eclesiásticos que, en total, costaban unas
doscientas liras. Anticipar, según el que hizo la
propuesta, equivalía a no sacar ya ni un céntimo,
pues los nuevos
1 Carta a don Juan Cagliero, 14 de noviembre de
1876.
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