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También deseo que los que se quedan aquí en el
Oratorio pasen tranquilamente y bien las
vacaciones. Me refiero a los nuevos, a los que
tienen que ponerse a tono en los estudios, poco
atendidos durante el año, a los que quieren
avanzar a un curso superior, a los que tomarán la
sotana. Procuraremos que éstos tengan unas
vacaciones agradables.
Además de lo dicho, tengo que daros otro aviso
sobre la vuelta de vacaciones: a saber, los que
tienen que presentarse a examen de alguna
asignatura, vengan el 16 de octubre, y los que ya
no tienen nada que arreglar con los examinadores,
el día 19. No es menester os diga que hay que
llegar el día fijado, para no perder el puesto en
el Oratorio. Sólo os digo que todos los años hubo
algunos que llegaron tarde y se vieron obligados a
volver a su casa por este motivo. Pero con esto no
quiero decir que vengáis, si os lo impide un
motivo grave. íEso no! Si, por ejemplo, alguno de
vosotros tuviese al padre o a la madre gravemente
enfermos, o él mismo estuviera enfermo, o tuviese
que quedarse en casa por algún asunto grave,
quédese sin miedo; pero haga que el párroco o
alguna persona digna de consideración escriba a
los Superiores del Oratorio. Pero no escriba él
mismo porque, si él escribiera... podría
sospecharse... íBasta!
Esto es lo que yo quería deciros y que, si lo
ponéis en práctica, podéis estar seguros de que
pasaréis bien las vacaciones. Leed con frecuencia
el librito de los recuerdos 1, y si queréis más,
llevaos El Joven Cristiano, donde encontraréis
muchos buenos recuerdos que don Bosco da a los
jóvenes que desean pasar bien las vacaciones.
Tengo además que daros una triste noticia;
tenemos al clérigo Vigliocco gravemente enfermo;
parece que el Señor lo quiere consigo en el
Paraíso, y hay pocas esperanzas de devolverle la
salud. El se recomienda encarecidamente a todos
vosotros y a vuestras oraciones. Pidamos al Señor
que, si bien parece quiere llevárselo consigo, con
todo, si quiere, puede devolverle la salud.
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Vosotros cuidad también vuestra salud; pero estad
atentos y mientras dais al cuerpo descanso,
diversión y alimento, no dejéis de dárselo también
al alma; esto es, alejaos de los festines, bailes
y diversiones, que puedan de algún modo perjudicar
vuestra eterna salvación. Si así lo hacéis, estad
seguros de que pasaréis las vacaciones en santa
paz con el Señor.
Como ya habéis oído, el próximo noviembre
saldrá una nueva expedición de misioneros para
Patagonia. Si todos volvéis, podréis asistir de
nuevo a la espléndida fiesta que ya hicimos la
otra vez. Ellos os prepararán allá sitio para
cuando vosotros vayáis. Hay mucho trabajo y los
ojos de todos están vueltos a nosotros. Esto
decídselo a vuestros padres, si queréis; decidles
que don Bosco los saluda, que los encomendará en
la santa misa; y que rueguen por él. Decid lo
mismo a vuestros párrocos, a los que llevaréis mis
saludos. Por mi parte recomendaré siempre en la
misa a mis queridos hijos, para que nos podamos
volver a juntar bajo este querido techo. íFelices
vacaciones!
Salieron unos cuatrocientos en el espacio de
pocas horas. Se lee en la crónica: <(**Es12.317**))
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