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((**Es12.315**) que el Señor os pide mucho con este fac bonum? No, el Señor se contenta con poco. Haced bien lo que tenéis que hacer. Dicho con una sola palabra: guardad vuestra alma. Esta alma tan preciosa que lleváis con vosotros. Si pudiérais dejar aquí el alma, podríais marchar seguros, diciendo: don Bosco se cuidara de ella. Pero el alma no puede estar separada del cuerpo; por consiguiente, tendréis que llevarla con vosotros. >>La guardaréis con el máximo cuidado? >>Vigilaréis para que el demonio no os arrebate un tesoro tan grande? >>Y los medios para guardarla? >>Los tenéis? Leed a menudo el librito de los recuerdos, que se os ha dado, leedlo todos los días, meditadlo y practicadlo. Algunos me dirán: -Es que nosotros no podemos ir con la acostumbrada frecuencia a oír misa y acercarnos a los sacramentos. -Bien; >>no podéis acercaros durante toda la semana? Esforzaos al menos por tener totalmente ((**It12.367**)) libre algún rato del domingo para ir a misa y acercaros a los santos sacramentos de la confesión y comunión. >>No podéis ir todos los domingos? Yo no os fijo tiempo alguno; procurad únicamente tener algún rato el jueves u otro día para confesar y comulgar. Si uno no tiene falta alguna en la conciencia, no vaya a confesarse, no lo necesita; rece las oraciones de costumbre y acérquese a recibir el Santísimo Sacramento; pero que no tenga realmente nada que le remuerda la conciencia. Mas, si tiene algo que le hace dudar, claramente le digo con el catecismo: vaya a confesarse tan pronto como pueda. Si yo preguntara a cada uno de vosotros: ->>Quieres pasar bien las vacaciones? Todos me diríais que sí, y: -Mire don Bosco, esté usted seguro; yo jamas me dejaré enredar por los parientes ni por los amigos. -íBien, bien; ya lo veremos!, le contesto yo. Hay algunos que van a su casa, oyen hablar a un compañero, que dice algo indecente, camuflado con bonitas frases y ellos sonríen y, si no es esta vez, sera otra en la que también ellos apoyan las razones de un deslenguado. Aquella primera sonrisa fue el acto de rendirse al enemigo. Cae en sus manos un libro malo y comienzan por mirar la portada, después leen los primeros renglones; al día siguiente pasan la mirada sobre una pagina; otro día se les calienta la cabeza y lo leen todo, hasta pasándose en la lectura muchas horas de la noche. De ahí resulta que, a la mañana siguiente, ese tal duerme hasta una hora avanzada, y por esto ya no puede ir a misa todos los días; después empieza a juntarse con compañeros y amigos, porque no reza, porque ha perdido el miedo que debería despertarle el temor al pecado, porque se deja vencer por el respeto humano. En conclusión, poco a poco acaba por caer miserablemente. >>Pasan bien las vacaciones todos éstos? Muy al contrario... Estos tales vuelven al Oratorio y su primera palabra es: ->>Dónde esta don Bosco? -Allá está, le responden. -Bueno. No quiero que me vea. ->>Por qué? -íYa sé yo porqué! Dime, >>viene el domingo algún confesor forastero? -íSí! >>Por qué? -Porque tengo algo que arreglar y hablar con él un rato en secreto. ->>Y por qué no vas a don Bosco? -Porque..., porque... Todos estos porqués, os los voy yo a explicar: porque no ha pasado bien las vacaciones. (**Es12.315**))
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