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La natural inquietud de los muchachos ante la
inminente salida a sus casas deja sentir sus
efectos también en las practicas de piedad. Las
<> del 25 de agosto tienden, sin
decirlo, a evitarlo de algún modo, tanto mas
cuanto que los recién llegados podían recibir de
ello mal ejemplo. Habló, pues, así:
Quiero advertir, lo mismo a los antiguos en la
casa que a los nuevos, que hay que hacer bien el
primer acto de nuestra santa religión, que es la
señal de la Santa Cruz. Algunos parece que
espantan moscas, otros no llevan la mano de un
hombro al otro, otros trazan una línea de la
frente al pecho. No es así como se debe hacer. Hay
que llevar primero la mano derecha hasta la frente
y tocarla con la punta de los dedos, diciendo: En
el nombre del Padre; luego al pecho, diciendo: Y
del Hijo; y después se lleva al hombro izquierdo y
de éste al derecho, diciendo: Y del Espíritu
Santo. Y juntando después las dos manos se dice:
Amén o Así sea.
Debo, además, advertiros que os esmeréis en
rezar bien las oraciones y que se recen en tono
uniforme. Quiero decir que sigan las oraciones en
el mismo tono de voz del que comenzó. Mañana
empezaremos a dar algunos avisos para las
vacaciones. Sé que hay algunos que han determinado
quedarse aquí, pero sé también que hay otros
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están ansiando el momento de salir. Así pues,
mañana nos hablaremos. Por hoy me limito a
desearos una buena noche.
Por fin, el 31 de agosto hubo la distribución
de premios a los estudiantes; por primera vez
recibieron los músicos un premio especial.
Pronunció el discurso don Francisco Dalmazzo,
director de Valsalice. Se presentaron también los
premiados del quinto curso que, después de la
ausencia de un mes, fueron todos a confesarse con
don Bosco. Dispuso éste que aquel mismo día se
hiciera el ejercicio de la buena muerte. Al día
siguiente, día de la partida, hubo una edificante
comunión general, <>, dice la
crónica, para que los acompañase durante el viaje.
Después de la misa se presentó don Bosco ante la
balaustrada del altar para dar la paternal
despedida a sus queridos hijos con las siguientes
palabras:
No quiero predicaros un sermón; sólo quiero
daros unos avisos, que os deberán acompañar
durante las vacaciones y que os servirán de mucho
provecho, si los ponéis en práctica. No quiero
tomar posición contra vosotros para apartaros de
las vacaciones, no; al contrario, éstas son el
premio de vuestro trabajo. Como el caminante
rendido por el largo viaje toma un poco de
descanso para reemprender el viaje con más vigor,
así también vosotros vais a vuestras casas para
descansar de las fatigas del año y cobrar aliento
para nuevos estudios.
íQuiera Dios que este descanso no acarree
funestas consecuencias a ninguno de vosotros!
Mucho me lo temo y por eso quiero daros algunos
avisos. Los compendio todos en esta sentencia:
Diverte a malo et fac bonum. Diverte a malo,
aléjate de todo lo que puede perjudicar a tu alma;
et fac bonum, y obra el bien. >>Y creéis vosotros
(**Es12.314**))
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