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se creyó autorizado para conferenciar con don
Bosco sobre el tema; así que volvió a Sartirana,
donde probablemente lo llamaban deberes urgentes y
se dio prisa por encontrarse con el Siervo de
Dios. Lo encontró en Borgo San Martino: allí pudo
conversar libremente con él y le expuso lo que
había oído a su Excelencia. Don Bosco se mostró
muy dolido y le dijo:
<<->>Es posible que surjan semejantes dudas
entre personas que únicamente buscan la gloria de
Dios? íYo no, yo no haré jamás nada por la
diócesis de Turín y por mi Arzobispo que pueda
molestar y mucho menos disgustar a mi Arzobispo!
Sólo ruego a usted observe que, siendo Superior de
una Congregación definitivamente aprobada, que
adquiere cada día mayor desarrollo, también yo
debo industriar,e para consolidarla y guardar la
autonomía indispensable para existir como todas
las Congregaciones religiosas. íAh, querido padre
Belasio!, si fuera posible, o si usted lograse de
algún modo obtener el perfecto acuerdo con mi
Arzobispo, a quien sabe cuánto quiero..., como lo
estoy con los otros Obispos, bendeciría al Señor
por siempre>>.
El teólogo Belasio informó al punto a monseñor
Gastaldi de su visita a don Bosco y de todo lo
dicho y oído. Pero la respuesta del Arzobispo no
fue la que se hubiera deseado 1.
Se acercaban mientras tanto dos solemnidades de
gran importancia para el Oratorio: la fiesta de
san Luis Gonzaga y la del día onomástico de don
Bosco. No nos detendremos en describir los
preparativos, que poco más o menos son siempre los
mismos; pero no queremos omitir algunas cosillas
que, si en la gran historia podrían ser
consideradas ((**It12.340**)) como
superfluidades insignificantes o fuera de lugar,
sin embargo encuentran lugar muy oportuno en estas
Memorias, cuyo objeto principal es hacer revivir
al Padre tal y como fue en medio de sus hijos.
Los Superiores del Oratorio habían determinado
en cierto modo que la fiesta de san Luis se
trasladara al día 25 del mes, pero don Bosco se
opuso a ello por una razón, que le salía de muy
adentro. El 24 era san Juan, fiesta solemne y de
precepto en Turín; si se celebraba la de san Luis
al día siguiente, hubiera faltado comodidad para
las confesiones en la víspera:
-<> 2.
Hubo entonces quien propuso el día de san
Pedro.
-<(**Es12.292**))
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