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En uno y otro periódico se apoyaron después otros
órganos de la prensa para tratar la cuestión, y
difundir la noticia a todas las clases sociales.
Oportunamente envió también don Bosco a los
diarios una circular, que repartió a la vez por
correo a muchísimas personas, apelando a la
generosidad de todos. El mismo se pasó varios días
escribiendo direcciones: los que conocían su
letra, al recibir directamente de él el impreso,
hacían más caso. La circular tuvo dos redacciones;
la segunda, además de algunos retoques en la
forma, ofrece diversas añadiduras ((**It12.303**)) de
noticias llegadas a don Bosco después de la
publicación de la primera. En ésta se anunciaba la
partida de doce misioneros con un gasto superior a
cuarenta mil liras; en la segunda, los misioneros
suben a veinte y los gastos se acercan a sesenta
mil liras. El número de misioneros será aumentado
a última hora. Presentamos aquí el texto
definitivo y señalamos en cursiva las añadiduras
introducidas.
Benemérito Señor:
Dios piadoso, rico en misericordia, se dignó
bendecir el pensamiento de una misión en la
República Argentina, y en el lapso de pocos meses
los misioneros Salesianos pudieron fundar un
Colegio en Montevideo, abrir un internado para
muchachos desamparados, atender al culto de la
iglesia llamada Madre de Misericordia, iniciar
Escuelas y Oratorios festivos en Buenos Aires para
los numerosos italianos que allí moran.
Se acabó y se abrió un Colegio en San Nicolas
de los Arroyos, en el que ya hay mas de ciento
veinte jovencitos, algunos de los cuales
pertenecen a familias, que han vivido entre las
tribus salvajes. Aneja al Colegio han abierto
también una iglesia pública, adonde acuden los
adultos para escuchar la palabra de Dios, oír la
santa misa y recibir los Santos Sacramentos de la
Confesión y Comunión. Con la apertura de estas
Casas queda trazado el camino para avanzar hacia
los salvajes; el Padre Santo se dignó bendecir y
recomendar la piadosa empresa. Ahora se trata de
instalar un nuevo instituto en la ciudad de
Dolores, otro en Carmen, último poblado de la
República Argentina entre el Atlantico y
Patagonia. En las cartas recibidas en este momento
de los Misioneros se nos da la gran satisfacción
de que en tres puntos los salvajes piden
Misioneros, que vayan a ellos para anunciar el
reino de los cielos. Otras casas, otros internados
del mismo género se proyectan en la República de
Chile. Allí se nos ofrece abrir en Santiago, su
Capital, un internado para la multitud de niños
abandonados, que viven sin instrucción, carentes
en absoluto de medios para conocer a Dios Creador;
un colegio en Valparaíso, segunda ciudad de
aquella República, un seminario menor en la ciudad
de Concepción, última Diócesis al Sur y colindante
con los salvajes de Patagonia.
Abiertas estas casas, organizados estos
internados, queda asegurada la moralidad y la
religión entre los indígenas, se puede dar una
educación científica y cristiana a los niños de
toda clase, y entretanto se cultivan las
vocaciones eclesiásticas, que por ventura se
manifestasen entre los alumnos. De este modo se
espera preparar misioneros para los pamperos y
para los patagones; y por consiguiente los
salvajes llegarían
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