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nadie les enseñe nuestro estilo, porque lo
aprendieron mientras eran alumnos. Nos dan además
mayores esperanzas de que se seguirá conservando
el espíritu y no habrá divisiones o necesidad de
reformas. Cuando entra en una Congregación un
hombre de mucha ciencia y autoridad, si no es un
gran santo, esto es, si no sabe adaptar siempre su
voluntad en los casos particulares a la de los
Superiores, hará más mal que bien. Resulta muy
difícil despojarse totalmente del antiguo Adán,
sobre todo si no se trata de vicios graves o de
acciones pecaminosas, sino de cosas que hace cada
uno con toda su buena fe. Con su ejemplo desvía el
espíritu antiguo y aporta gravísimas consecuencias
para la marcha de los demás. Creo que hasta
nuestros tiempos no hubo una Congregación u Orden
religiosa que haya tenido tanta oportunidad para
la elección de las personas más aptas para ella...
Otra cosa que me da motivo para confiar que
también se conserve nuestro espíritu en el futuro
y en lejanas tierras es el nombrar para superiores
de las casas a aquellos que han vivido mucho
tiempo en la Congregación y han pasado por muchos
grados en ella...
-Se abrirán muchas casas, pero, sin parar
mientes en ello, se elegirán para directores casi
todos los sacerdotes y clérigos que se enviaron de
aquí, antes de que puedan creerse aptos para tales
cargos los que ahora van creciendo en aquellos
lugares. Los que han vivido mucho tiempo entre
nosotros, infundirán en los otros nuestro espíritu
y antes de que haya un americano que pueda
alcanzar mucha autoridad entre los ((**It12.301**))
socios, el espíritu salesiano se habrá
connaturalizado y habrá echado profundas raíces en
el nuevo mundo 1.
Los preparativos para la segunda expedición
fueron tan difíciles como los de la primera; pero
los conocemos menos. Nos es dado intuirlos a
través de la escasa correspondencia de don Bosco
durante los meses de agosto, septiembre y octubre.
De estos preparativos dio noticia a don Juan
Cagliero, por la Asunción.
Muy querido Cagliero:
Todo como de costumbre. Se trabaja para el
equipo. Los veinte se están preparando; es
necesario ultimarlo todo antes de la partida.
Necesitamos los pasajes: unos gastos graves,
hechos para la casa de Niza, nos han dejado en
plena miseria, pero a trancas y barrancas
saldremos del apuro.
Son unos doscientos los que piden ir a
Patagonia. Por toda Italia y Europa política y
religiosa se habla de nuestro proyecto para
Patagonia. Dios lo quiere así; ojalá nos ayude a
poner nuestra parte.
Espero noticias positivas.
1 Crónica de Julio Batberis, 12 de agosto de
1876.
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