((**Es12.247**)
La expresión <>
resulta literariamente una frase concisa y
psicológicamente un acto de humildad. Se concluye
y completa la frase diciendo que don Domingo
Pestarino comenzó una obra, de la que don Bosco
sacó los primeros elementos para fundar un
Instituto religioso denominado de María
Auxiliadora y destinado a la educación cristiana
de la juventud femenina de todo el mundo; este
título y este fin nunca se le hubieran ocurrido al
bonísimo don Domingo, sin su providencial
encuentro con don Bosco. Por lo demás, quien
ofrece terreno y materiales ((**It12.286**)) de
construcción para que otro ponga los cimientos de
un edificio, con planos y fines propios, puede
considerarse con todo derecho como iniciador de
cuanto se haga a continuación.
No ha de extrañarnos, es éste el estilo de los
santos, que después don Bosco se eclipse en cierto
modo a sí mismo y ponga a la vista únicamente al
digno sacerdote de Mornese.
Añadiremos que para obtener más deprisa la
aprobación diocesana pudo parecerle oportuno
presentar al Instituto como una obra surgida no
sólo en el ámbito de la diócesis, sino también por
mérito de un sacerdote diocesano. De todas maneras
el decreto episcopal de aprobación, emanado el 23
de enero, pone las cosas en su sitio: en su parte
positiva, que precede y justifica la dispositiva y
tiene por ende que apoyarse en la realidad, fija
históricamente el hecho de la fundación,
atribuyendo a don Bosco el plan inicial de fundar
en Mornese la Congregación llamada de las Hijas de
María Auxiliadora; así se entiende en efecto
cuando se habla de propósito ab admodum reverendo
Domino Sacerdote Joanne Bosco Taurinensi, piae
Societatis Salesianae Superiore, concepto,
instituendi nempe in hac Diocesi, loco Mornisii
Congregationem Filiarum Mariae Auxiliatricis 1.
En la toma de hábito de agosto de este año se
introdujo la última modificación del mismo. El
velo, hasta entonces rectangular, fue redondeado
un poco para poderlo amoldar a la cabeza mediante
dos esquinillas formadas por los mismos alfileres
que lo aseguran a la cofia;
eso permite también doblar el borde anterior, de
manera que caiga mejor alrededor del rostro y
sobre los hombros. Se redondeó también la
manteleta con cuello blanco, tal y como ya se
había determinado desde la toma de hábito en mayo
de 1875; se le añadieron por fin unas contramangas
amplias y largas como para permitir hacer un
amplio pliegue. La idea de esta última
modificación nació al observar que las monjas de
la ciudad, movidas por cierto sentimiento de
((**It12.287**))
modestia
1 Véase: Apéndice, doc. 25.
(**Es12.247**))
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