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envió al señor Obispo la oportuna súplica para
obtener la aprobación diocesana del Instituto.
Excelencia Reverendísima:
Ya sabe muy bien V. E. que el celoso sacerdote
Domingo Pestarino, de venerada memoria, dio
comienzo en Mornese a un Instituto con el título
de Casa o Colegio de María Auxiliadora a fin de
educar cristianamente a las muchachas de humilde
condición, o pobres y desamparadas, para
encaminarlas a la moralidad, a la ciencia y a la
religión, bajo la dirección de las hermanas
llamadas Hijas de María Auxiliadora.
Con gran bondad dignóse V. E. constituirse en
protector del nuevo Instituto, y el 5 de agosto de
1872 accedía a leer las reglas, anotaba en ellas
las debidas observaciones y presidía las primeras
tomas de hábito y las primeras profesiones. Poco
tiempo después, enriquecía el Instituto con varios
favores y preciosos privilegios, merced a lo cual
quedaba constituido de hecho ante la Iglesia el
cuerpo moral.
Estas cosas fueron como el grano de mostaza,
que V. E. sembró y que ha crecido
maravillosamente. Actualmente son más de ciento
las religiosas; a ellas están confiadas las
escuelas municipales femeninas del pueblo. Al
edificio del Instituto se ha añadido un internado
para niñas de clase media, como se puede ver por
el programa adjunto.
((**It12.285**)) Se ha
abierto una segunda Casa en Borgo San Martino, y
otra en Alassio 1, y la cuarta se abrirá este año
en Lanzo, cerca de Turín; se reciben muchas
peticiones para abrir casas en otros lugares.
Pero este Instituto carecería realmente de
verdadero fundamento, mientras no consiga la
aprobación eclesiástica, la cual señala a los
Institutos religiosos el camino seguro que conduce
a la mayor gloria de Dios. Precisamente, con el
fin de obtener este señalado favor, presento
respetuosamente a V. E. las reglas del Instituto
de María Auxiliadora, tal y como se practican
desde hace varios años, suplicando tenga a bien
examinarlas e introducir en ellas las
modificaciones que en su iluminado saber juzgue
necesarias; y después, si así Dios se lo inspira,
conceda al Instituto y a sus Constituciones la
aprobación diocesana. Se unen a mí, pidiendo este
señalado favor, el reverendo Santiago Costamagna,
su Director, y todas las Religiosas. Será éste un
momento más para nuestra imperecedera gratitud, y
le aseguramos que cada día elevaremos oraciones
comunitarias y privadas a Dios Nuestro Señor y a
su Augusta Madre la Virgen Auxiliadora, para que
conceda a V. E. muchos años de vida feliz y así
pueda ver los copiosos frutos de la obra, que V.
E. se dignó bendecir, enriquecer con gracias
espirituales, proteger y, podemos decir, fundar y
sostener hasta el presente.
Con la mayor gratitud tengo el honor de poderme
profesar,
De V. E. Rvma.
Su
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
SANTIAGO COSTAMAGNA, Pbro.
MARIA MAZZARELLO, Superiora
1 En Alassio ya estaba casi preparada la casa,
de modo que la fundación se podía considerar como
cosa hecha.
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