((**Es12.241**)
promesas. Al día siguiente, cuando menos se
esperaba, el funesto ejército reemprendió el vuelo
hacia otra parte. Quedaba todavía una retaguardia
que podía producir daños enormes; pero cayó
aquella noche una tromba de agua y sopló un viento
helado que las ahuyentó. El daño fue mínimo, de
suerte que la vegetación se recuperó con vigor; es
más, la cosecha de aquel año fue prodigiosa. Una
colecta para la iglesia de María Auxiliadora
produjo en un abrir y cerrar de ojos la cantidad
de cincuenta mil pesos, equivalente por entonces a
diez mil liras italianas; a tanto llegó el
agradecimiento de aquella buena población. Resulta
fácil imaginar el efecto causado por el feliz
suceso.
Como se acercara la fiesta onomástica de don
Bosco, los salesianos de San Nicolás y sus alumnos
enviaron al Padre lejano saludos muy afectuosos.
Don Bosco respondió así a los alumnos:
Queridísimos hijos:
Con gran satisfacción de mi corazón he recibido
vuestros saludos, vuestros augurios; y bendigo a
Dios que envió a don José Fagnano y a los demás
salesianos para abrir ese Colegio, donde espero
que aprenderéis, a la par de la ciencia, el santo
temor de Dios. Me dicen vuestros Superiores que
sois muy buenos y esto me consuela mucho. Seguid
por el camino de la virtud y siempre tendréis la
paz del corazón, la benevolencia de los hombres y
la bendición del Señor.
Ahora os quiero dar una buena noticia. Cuando
fui a Roma, hablé mucho de vosotros al Papa, que
se alegró al informarse de vuestra buena conducta.
Después me dijo:
-Envío con mucho gusto la bendición apostólica
a vuestros alumnos del Colegio de San Nicolás, a
los internos y a los externos, les concedo una
indulgencia plenaria in artículo mortis ((**It12.279**)) y otra
indulgencia plenaria para ganarla el día que
quieran. Este favor se extiende a todos sus
parientes, hasta el tercer grado inclusive.
Vosotros podéis pedir explicación de este favor
a vuestros superiores y después comunicadlo a
vuestros padres y parientes.
Que Dios os bendiga a todos, queridos hijos
míos. Estad alegres, pero huid la ofensa de Dios,
frecuentad la santa Comunión, enviadme alguna
carta y rezad por mí, que seré siempre para
vosotros en Jesucristo.
Turín, 1.§ de julio de 1876.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
<>,
escribe don Julio Barberis en su crónica el 12 de
agosto. El Beato se industriaba para resolver el
problema misionero en todos sus aspectos. Así la
cuestión del clero indígena, que hoy se presenta
más urgente e importante que nunca, preocupaba
(**Es12.241**))
<Anterior: 12. 240><Siguiente: 12. 242>