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la Congregación Salesiana siete de ellos a
petición de los mismos. ((**It12.271**)) Su
deseo es hacerse salesianos e ir, como ellos
mismos dicen, a predicar a los salvajes. Mas, por
ser demasiado largo el viaje para venir a Europa a
hacer el noviciado, suplico a V. S. tenga a bien
permitir que se abra allá una casa de noviciado,
conforme a las Constituciones Salesianas aprobadas
por S. S.
Como quiera que los lugares y las personas, con
las que se vive, pueden aconsejar el traslado del
noviciado o la apertura de una o mas casas
sucursales, suplico a V. S. conceda que esta casa
o casas se puedan abrir en la ciudad o pueblo
donde la salubridad, la facilidad de los medios
materiales y morales indiquen ser más conveniente
para la gloria de Dios.
Beatísimo Padre, seguid dispensando Vuestra
protección y Vuestro apoyo a esta misión que se
proyectó y comenzó bajo Vuestros auspicios y
consejos, y que nosotros estamos seguros de que,
con la ayuda de Dios, se cosecharán grandes
frutos.
Los diez misioneros que ya están en América y
los doce que se preparan para ir en la segunda
mitad de septiembre, aseguran a Vuestra Santidad
que ofrecen de buen grado su vida trabajando por
Vuestra Santidad, es decir, por la religión de
Jesucristo; y, humildemente postrados, se
encomiendan unánimes a las oraciones de V. B. e
imploran la bendición apostólica,
De V.S.
Seguro
servidor y humilde hijo
JUAN BOSCO, Pbro.
Pocos días después de haber enviado esta
súplica, volvió a escribir a don Juan Cagliero,
porque su pensamiento y su corazón estaban
constantemente con sus misioneros y sus presentes
y futuras misiones.
Queridísimo Cagliero:
Todo sigue su marcha. Se ha hecho la petición
al Padre Santo para un noviciado en América y no
hay dificultades. Se preparan veinte salesianos
que saldrán en octubre próximo circum circiter
(poco más o menos).
No pierdas de vista a Dolores, donde, según
creo, interesa al Gobierno se abra una casa según
el modelo de la de Turín o San Pier d'Arena;
trátalo de manera positiva con el señor Arzobispo
y con el querido monseñor Ceccarelli. El Padre
Santo toma muy a pecho este asunto.
En la próxima carta tendrás escrita la
bendición del Papa para el Colegio Colón, que será
algo estupendo.
Tú eres músico y yo soy poeta de profesión; por
eso nos arreglaremos para que las cosas de las
Indias y las de Australia no entorpezcan las de
Argentina, donde tú permanecerás hasta que todo
esté arreglado y juzgues de acuerdo con tu alta
sabiduría, poder volver a Valdocco sin molestias.
((**It12.272**)) Muchos
y cordialísimos saludos para el doctor Carranza, y
dile que tengo una cosita para enviarle, la cual,
como a buen cristiano que es, le gustará mucho.
Haz cuanto puedas para atender a los muchachos
pobres, pero prefiero, si fuera posible hacerse
con ellos, los que proceden de los salvajes; y si
por casualidad fuera posible enviar algunos a
Valdocco, los recibiría muy gustoso.
(**Es12.235**))
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