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ya desde ahora con un gran caudal de paciencia,
estudio, prudencia y valor. Con los indios, si no
se procede cautamente, se destruye en un día el
trabajo de muchos años. Si el misionero les habla
de sumisión a Buenos Aires, lo matan; si los
amenaza con la fuerza, lo matan. Para poder hacer
el bien en una tribu hay que hacerse amigos del
cacique, haciéndole regalos y civilizándolo con
las buenas maneras y con la religión, poniéndole
en contacto con algún buen cristiano; después ya
se le puede hablar del Gobierno para obtener
favores, pero nunca para someterse a él. El resto
lo hará la Providencia>>.
El Arzobispo deseaba valerse de los misioneros
salesianos también para crear una obra de gran
utilidad en Dolores, al sur de Buenos Aires, al
otro lado del Río Salado; las personas más
distinguidas del lugar apoyaban aquella fundación.
En un principio se creyó erróneamente que Dolores
era <> 1. ((**It12.262**)) Había,
por el contrario, una distancia enorme. Este error
nos explica la insistencia con que el Beato
espoleaba a don Juan Cagliero para que preparara
pronto aquella estación. También desde Córdoba, en
el corazón de Argentina, pedían la apertura de un
colegio salesiano. El señor Poulsón, profesor en
la universidad de aquella ciudad, dijo e hizo
cuanto pudo para arrancar a don Juan Cagliero la
ansiada aceptación. Pero no fue posible ir a
Córdoba hasta 1905.
Por lo dicho hasta aquí resulta fácil entender
esta carta, que el Beato escribió a don Juan
Cagliero a fines de mayo.
Queridísimo Cagliero:
Todavía no me han llegado los Breves 2 de Roma.
Solamente tengo el del doctor Ceccarelli, que
deseo juntar con el del señor Benítez, que debe
llegar de un día para otro. Tal vez hoy mismo.
Te comunico lo que me pidió el Padre Santo, que
está muy animado para intentar algo en la
Patagonia y las Pampas. El Padre Santo quiere
dirigir él mismo esta empresa y dice que no se
escatimen esfuerzos para abrir cuanto antes un
colegio y hospicio en Dolores.
El comendador Gazzolo hace una relación oficial
suya a la Santa Sede, pero toda ella fundada en el
proyecto que te incluyo, que conviene conozca don
José Fagnano, para ir todos nosotros de acuerdo y
que no se alteren las bases sin nuestro previo
entendimiento. Tan pronto como yo reciba una
conclusión de Roma, te la comunicaré.
El mismo comendador Gazzolo me devolvió los
doscientos francos en oro que tú le habías
regalado y dos mil francos más. El juzga
conveniente concluir cuanto concierne
1 BARBERIS, La República Argentina y la
Patagonia, pág. 114. Turín, Tip. Salesiana 1877.
2 Para las condecoraciones pontifícias.
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