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((**Es12.21**) pueblo o ciudad ya algo civilizada y próxima a los lugares habitados por los salvajes, y mientras funciona el colegio para los habitantes del lugar, procurar estudiar y conocer la índole y costumbres de las tribus vecinas. Sería algo grande y no difícil, creo yo, tener en este colegio a alguno de los hijos de los salvajes, pues oigo decir que van a las ciudades a hacer sus compras. Si contentamos a algunos de éstos tratándolos amablemente, haciéndoles algún regalo, nos abrimos ya un buen camino. Si, además, se pudiese tener a ((**It12.13**)) uno de éstos como guía, que hubiese pasado ya varios meses en nuestro colegio, esto podría dar cima a la obra. Pero lo que más importa es no precipitarse, no hay que tener demasiada prisa; hay que preparar el camino, diría que, como fingiendo que no se piensa en ellos, pero poniendo colegios en las ciudades próximas a ellos y haciéndonos conocer y amar a través de músicas, cantos, tratos y regalos. -Mientras tanto algún sacerdote podrá comenzar a entrar por aquellas tierras durante algunos días y, poco a poco, se podrán dar pasos lentos, pero seguros. Y, si el Señor en su Providencia dispusiese que alguno de nosotros sufriera el martirio, >>tendríamos que amedrentarnos por esto? La casa de Patagones, desde 1879, y la de Viedma, desde 1880, desarrollaron precisamente este programa con los resultados por todos conocidos. No faltaron en un principio asaltos fallidos, asechanzas descubiertas; y hubo también víctimas, pero de los elementos y no de los llamados salvajes. Porque no hay que dar a este vocablo un significado demasiado crudo, pues no se trata de caníbales, sino de aborígenes rudos, celosos de su independencia y que vivían sometidos a jefes de tribu, que no eran inhumanos. Desde hacía tiempo acariciaba el Beato el propósito de hacer algo por las misiones de la India y de Australia. No le asustaban las dificultades de la lengua inglesa; parecíale que, con un método práctico mejor que teórico, los suyos podrían salir de apuros. Aprender en unos meses las palabras más necesarias y de uso más frecuente; lanzarse después a la conversación, primero toscamente, después más correctamente, buscar por fin un maestro inglés para la pronunciación. En resumidas cuentas, era el método Berlitz, que después llegó al apogeo de la fama. Por entonces no tenía intención de fundar un colegio en Inglaterra. Habían ido a parar al Oratorio algunos ingleses, pero ninguno de ellos se quedó. Pocos años después vinieron otros y se quedaron. El primer colegio en la isla de los Santos se abrió en Battersea, arrabal de Londres, inmediatamente después de la muerte del Siervo de Dios; pero ya hacía algún tiempo que habían comenzado las negociaciones.(**Es12.21**))
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