((**Es12.161**)especial
es ante el altar de María Auxiliadora para obtener
la gracia de su curación. Fui después a la
audiencia del Padre Santo (sábado santo a las
siete de la tarde) y le pedí una bendición
especial, que muy cordialmente le envió y me
aseguró, además, que también pediría por élla. He
escrito enseguida todo esto al señor Carlos. Como
no tengo ninguna noticia, me haría un gran favor,
si por acaso usted pudiera decir me
algo.
En la misma ocasión el Padre Santo me pidió
noticias de usted y señora, y de su numerosa
familia y se mostraba ((**It12.182**)) muy
satisfecho al oír que el espíritu católico
hereditario en la santa casa De Maistre se repite
en los hijos y en los nietos de la futura
generación.
Pidió también noticias especiales de la señora
Duquesa y, bromeando, decía que estaba contento
por tener quien le acompañara en su octogésimo
año. Concedió una bendición especial para todos y
algunos favores espirituales, que me reservo
comunicar por escrito a usted, a su familia, a la
del señor conde Francisco, a la señora Agostini y
nominalmente a la señora Duquesa.
A primeros de mayo saldré de Roma y, en cuanto
llegue a Turín, espero poder darme un paseo hasta
Borgo.
El Padre Santo goza de óptima salud y despacha
todos los asuntos de la Iglesia de tal modo que
deja atónitos a los mismos secretarios de la
Congregación. En cambio el cardenal Antonelli hace
unos meses que anda mal: si no mejora, tendrá que
dejar la Secretaría de Estado.
Le estoy muy agradecido por toda la caridad que
nos dispensa. Dios le recompense en vida y después
en el Paraíso. Humildes saludos para todos. Ruegue
también por mí, que, de todo corazón, me profeso
en Jesucristo
Roma, 21-4-1876.
Vía Sistina 104.
Su atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
Después de la carta al conde De Maistre será
bueno que traigamos aquí una cartita a la baronesa
Ricci, ya que una está estrictamente ligada a la
otra.
Benemérita señora Azelia:
Nada más recibir su carta, pedí una bendición
especial al Padre Santo, que con mucho gusto
concedió para la buena abuela condesa De Maistre.
Lo comuniqué enseguida a Beaumesnil y espero que
haya ayudado a la mejoría de la venerada enferma.
Mucho le agradecería que me diera más noticias.
Le pedí también una bendición especial para
usted, señora Baronesa, y para toda la familia
Ricci, a la que ruego respetuosamente salude de mi
parte.
Me encomiendo de todo corazón a la caridad de
sus oraciones, mientras me profeso con todo
aprecio,
De V. S. benemérita.
Roma, Vía Sistina 104, 21-4-1876.
Su s.s.
JUAN BOSCO, Pbro.
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