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((**Es12.154**) Preferimos acudir a la croniquita de don Julio Barberis y poner aquí un interesante intermedio. La noche del 22 de enero de este año, cayó la conversación sobre cómo era tratado don Bosco por el Padre Santo y alguien observó que el Papa parecía recibirlo siempre con gusto. -Es verdad, repuso don Bosco, que yo hago todo lo posible para despacharme pronto. Hay que llevar bien preparadas las cosas que se quieren pedir. Algunos, para una simple petición, ((**It12.174**)) empiezan por contar al Papa toda la historia, y dicen y repiten y no acaban nunca. De ordinario, el Papa los interrumpe y les dice: -En conclusión, >>qué pedís? Yo siempre voy allí con un fárrago de cosas a pedir; pero antes, tomo buena nota de todas y me preparo. Cuando llego ante él, expongo mi deseo en pocas palabras. Si se trata de cosas especiales, como me sucede a menudo, añado también: el Papa tal, con tal Bula, en tal circunstancia, ya concedió tal cosa y tal otra. Entonces él despacha todo en dos palabras y después ríe, diciendo: -Vos gastáis pocas palabras para no cansarme, pero yo gasto aún menos. Otras veces ve que tengo mi lista en la mano y me pregunta: ->>En qué número estáis? -En la duodécima pregunta de las que quiero hacer a Su Santidad. ->>Y cuántas tenéis apuntadas? -Dieciocho, Padre Santo. -Así, ya estamos para concluir. -Aquella vez creo que con dieciocho preguntas importantes, que pedían tiempo y reflexión, en cuya exposición otro hubiera tardado diez minutos para cada una, yo las pasé todas en diez o doce minutos. A veces, cuando yo acabo de hablar, empieza él y me hace una serie de preguntas; en estos casos las cosas naturalmente proceden algo más despacio. Pero lo que más agrada al Padre Santo, es que yo nunca me opongo ni insisto en alguna. >>Que le parece bien conceder? íBendito sea! >>No cree oportuno hacerlo? Yo no replico. Si me pide simples aclaraciones, las expongo; por lo demás, aun cuando me pareciera muy bueno lo que pido, ya no chisto, si veo que él se muestra poco propenso a concedérmelo. La benevolencia con que Pío IX lo recibió, no podía ser mayor. Apenas le vio, dijo: -Me han dicho que vuestro discurso gustó mucho y que también gustó mucho ((**It12.175**)) vuestra manera de hablar. También leo con gusto (**Es12.154**))
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