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su lugar y les da las gracias necesarias para
aconsejar bien y salvar a los que les son
confiados; y porque quiere que los inferiores
obedezcan su voz, que El les transmite por su
boca.
No piense nadie jamás que los Superiores dan
buenos consejos buscando su propio interés. Aun
cuando parezca que el Superior actúa por su propio
interés, podéis estar tranquilos de que no es ésa
la norma que los superiores siguen. >>Podéis
imaginar que pongan en peligro su propia alma
((**It12.149**)) para
daros un consejo, que no os indique la voluntad de
Dios, sino sus propios intereses?
Descansad, pues, seguros en los consejos de los
Superiores, y cuando os marquen una regla,
procurad cumplirla. Os repito que no sé ni quiero
tampoco averiguar quién de vosotros ha faltado
últimamente contra el reglamento de la casa, pues
estoy convencido de que estáis todos de acuerdo
para no repetirlo.
Y, si queréis que os manifieste algo más, que
me está muy a pecho, y fue la causa por la que
algunos no obtuvieron en estos exámenes
semestrales sobresaliente de conducta, os lo diré.
Son los libros prohibidos. Se otorgaron
calificaciones bajas a algunos, porque quisieron
guardar algún libro que no es bueno y no lo
consignaron, al dar la nota de los libros que cada
uno tiene consigo. Tenedlo muy presente; no leáis
nunca libros, de cuya bondad no estáis seguros,
sin pedir consejo a quien os lo puede dar con
criterio justo. Los libros no buenos, o bien los
que no convienen a vuestra edad y a las
circunstancias en que os encontráis y que, por lo
tanto, pueden ser peligrosos para vosotros, por
amor de Dios, no los leáis. Sé que algunos, aun
después de mi último aviso, siguen guardando y
leyendo libros que matan el alma y perjudican
también el cuerpo. Ea, pues, entregadlos al
Superior o quemadlos al instante.
Estos tres avisos, a saber, no salir de las
filas cuando vais de paseo y no hacer paradas, no
guardar dinero y entregar los libros malos,
grabadlos bien en la mente para poder estar
contentos. Esto es lo que quería deciros esta
noche. Buenas noches.
La tercera vez que habló, que fue el último día
del mes, lo hizo ante los aprendices solos. La
platiquita tiene más importancia de lo que puede
parecer a primera vista. La idea central es la
presentación de los coadjutores y una invitación a
los aprendices de buena voluntad, para que
reflexionen si no les hace al caso entrar en la
Congregación como coadjutores. Nunca anteriormente
se había explicado en público con tanta claridad
sobre este tema. Es probable que en la conferencia
del día de san José él intentara abrirse camino;
lo cierto es que, de todos modos, la impresión que
hicieron entonces sus palabras, le había preparado
óptimamente el terreno.
Hace ya mucho tiempo que no nos hemos hablado a
solas, aquí en vuestro locutorio, después de las
oraciones. Desde la última vez que vine a daros
las buenas noches, ha habido entre vosotros muchas
novedades. Entre otras la disolución y reforma de
la banda de música. Ya ((**It12.150**)) os
habrán dicho cuál fue el motivo de todo ello. El
principal, o mejor, el único, fue que algunos
jóvenes cumplían muy bien su deber, pero muchos no
hacían el papel de un buen músico, a saber,
alegrar el alma de los
(**Es12.134**))
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