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((**Es12.126**) catequistas, que, después de un rato de recreo, los acompañaban a la iglesia y los entretenían durante tres cuartos de hora sobre los puntos mas esenciales de la doctrina cristiana. El Siervo de Dios, sin preocuparse de gastos ni trabajos, les proporcionaba después tres días de ejercicios espirituales como preparación a la Pascua, durante los cuales se obtenía abundante pesca. Se prepararon sesenta de estos aprendices para la Confirmación y fueron a recibirla en el palacio arzobispal. Tenían de doce a catorce años y casi todos procedían de los talleres de Valdocco. Muchos se confesaron entonces por primera vez, ((**It12.139**)) pero prometieron frecuentar el Oratorio. Llamó mucho la atención su buen comportamiento al ir al palacio arzobispal, durante el tiempo que estuvieron en la iglesia y en el momento de recibir la Confirmación. La fiesta mas solemne en este período del año escolar era la de san José. Era precedida de un mes dedicado al padre putativo de Jesús y hacía cuatro años que se cumplía con mucha devoción. Mas, por aquel entonces, no estaba difundida esta piadosa costumbre; don Bosco la introdujo especialmente para los aprendices, los cuales se aficionaron a ella poco a poco. Pero también los estudiantes tomaban parte. Cada mañana aumentaba el número de las comuniones; por la tarde, antes de la bendición eucarística, en lugar del Ave Maris Stella, se cantaba el himno Te Joseph celebrent; las lecturas públicas de costumbre en la iglesia versaban sobre san José. Muchísimos estudiantes visitaban el altar del Santo durante el recreo de la merienda; los aprendices hacían esta visita después de la cena. Nadie los obligaba, pero eran muy pocos los que no la hacían. Semejante preparación disponía los ánimos a la novena, que terminaba con un triduo solemne predicado. El último día dijo el beato don Bosco a algunos sacerdotes después de la comida: -Verdaderamente se ve que san José nos quiere. Durante esta novena han descendido muchas bendiciones sobre esta casa. Algunos, que acudieron a María Auxiliadora obtuvieron gracias extraordinarias por intercesión de san José. Varias de ellas tuvieron lugar en mi propia habitación ante mis ojos. La situación económica de la casa era muy lastimosa y en esta semana he recibido grandes socorros. Pocas semanas ha habido tan ricas en gracias y limosnas. Si hubiese dos o tres mas como ésta, no faltaría mucho para saldar todas nuestras deudas. Casi todos los días he recibido mil o mil quinientas liras, y aún mas. La fiesta puso en movimiento a los aprendices. La víspera se celebró una reunión, a la que se dio el nombre de conferencia, y cuyo fin era la aceptación de nuevos socios en la Compañía ((**It12.140**)) de san José. (**Es12.126**))
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