((**Es12.108**)
momento veía llegar visitas y cartas con cuarenta,
cincuenta y cien francos de limosna para
contribuir a asegurar de forma estable la
existencia del oratorio. En Niza somos
verdaderamente bien vistos. También las
autoridades civiles nos protegen. Incluso el
Gobernador,
que es protestante, nos favorece de veras.
Habíasele presentado un correligionario para
protestar contra don Bosco. Dos muchachos,
escapados del hospicio protestante, se habían
pasado a nuestro Patronato, donde, según afirmaba
aquel señor, se violentaban las conciencias y se
obligaba a los muchachos a hacerse católicos.
Pretendía, pues, que el Gobernador sacara de ella
a los dos muchachos. Pero el Gobernador le
contestó: -<>hacerlos volver?
Sería violentarlos. Y no permitir a don Bosco que
reciba a los muchachos, que se le presentaron
acompañados por sus padres y en la debida forma,
eso yo no puedo hacerlo. Váyase, váyase; allí
estarán tan bien como con usted>>.
Y así los dos fugitivos se quedaron.
A continuación describió el Beato la nueva
morada y el estado de las cosas de esta manera:
-Cuando se pueda abrir la nueva casa recién
comprada, tendremos un local magnífico. Está
situada en la linde de la Plaza de Armas.
Mide nueve mil metros cuadrados y tiene un patio
espacioso para un millar de muchachos externos.
Aprovechando bien el local, como nosotros solemos
hacer, pueden caber hasta ciento cincuenta
internos. Además, hay posibilidad para ampliar el
edificio. La construcción es incluso demasiado
lujosa; tiene escaleras y pavimentos de mármol
blanco. Se ha comprado por noventa mil francos y
enseguida me ofrecieron otro tanto, para que
vendiese el terreno del jardín sin el edificio. El
gasto total llegará a los cien mil francos,
contando escrituras e impuestos, que en Francia
requieren mayor gasto que aquí.
((**It12.119**)) Pero,
entre las limosnas que me entregaron y las que yo
fui a pedir, más las que me prometieron para la
fecha del pago, se ha llegado al importe de la
compra. El procurador da los pasos para levantar
varias hipotecas que gravan la finca, y todo lo
hace por su espontánea iniciativa y sin interés.
El y el abogado ya me han dicho que no admiten ni
un céntimo por su trabajo, porque desean cooperar
de alguna manera a la fundación. íAlabado sea el
Señor! Di muchos pasos, no estuve mano sobre mano;
pero he podido llevar las cosas a tal punto que ya
pueden marchar por sí mismas. Diré además que en
Niza nos hemos entendido para abrir otro oratorio
festivo, junto a la iglesia adonde va nuestro don
Enrique Güelfi a celebrar misa.
Con acierto dijo don Celestino Durando al
acabar:
(**Es12.108**))
<Anterior: 12. 107><Siguiente: 12. 109>