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que monseñor Gastaldi podía haber continuado
haciendo a nuestra Congregación, sembró cizaña
ocultamente y después la hizo crecer. Inmensas
molestias, críticas por todas partes de sacerdotes
y de confesores entre nosotros, disgustos graves
para el mismo Monseñor, que durante treinta años
fue mi mejor confidente.
Todo lo que he expuesto está literalmente
garantizado por cartas auténticas que puedo
presentarle, si lo desea.
Perdone lo extenso de esta carta y léala como
pueda, ya que no puedo servirme de otros, en razón
de la materia expuesta. Me conceda su bendición y
mande como quiera a su pobre, pero
Turín, 16-1875.
Atto. y seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Tenemos motivos para creer que, unida a esta
carta, iba la siguiente memoria, sin firma y sin
fecha, que el cardenal Richelmy expidió a la
Sagrada Congregación de Ritos, con otros
autógrafos del Siervo de Dios, el 10 de septiembre
del 1903:
MEMORIA
Me parece bien adjuntar esta memoria sobre la
ocasión de los disgustos con el señor Arzobispo. A
mi parecer son las noticias infundadas que alguien
hace llegar al mismo. Anotaré solamente algunos
hechos.
1.° Se quiere persuadir a Monseñor de que los
reverendos Chiapale y Pignolo hayan pertenecido a
esta Congregación. Ni uno ni otro pertenecieron
jamás.
2.° Algunos fueron como asistentes o maestros
al colegio de sordomudos y se hicieron poco favor
a sí mismos y hasta se deshonraron. No quiero
enjuiciar a nadie, pero lo cierto es que ninguno
de ellos fue nunca salesiano.
3.° Muchos, salidos de esta Congregación,
ocasionaron graves disturbios en las diócesis
adonde fueron. Puedo asegurar que hasta 1874
ninguno de nuestra Congregación ha salido de ella.
Sólo un profeso, el caballero Oreglia, hoy padre
Federico Oreglia, S. J., el que era hermano
coadjutor, creyó que debía salir para ingresar en
los Jesuitas y hacer allí sus estudios.
4.° Se quiso hacer creer a Monseñor que yo
estaba imprimiendo o había impreso cartas
particulares del mismo Monseñor, que le obligaban
a escribir otras más. Esto no ha pasado jamás por
mi imaginación.
5.° He repartido una simple invitación para los
ejercicios espirituales de costumbre ((**It11.97**)) y se
quiere hacer ver a Monseñor que era una circular
dirigida a todos los párrocos. Ni yo, ni ninguno a
mis órdenes ha mandado tales invitaciones a ningún
párroco.
6.° Escribí a Monseñor intentando persuadirle
de que estos ejercicios, que se debían hacer del 7
al 13 de septiembre ppdo., ya no se celebraban;
mas, he aquí que enseguida le han contado al mismo
que don Bosco, a despecho de su Superior
eclesiástico, había iniciado los simulados
ejercicios y se hacían en Lanzo.
7.° El Vicario de Lanzo le asegura que allí no
hay más ejercitantes que los pertenecientes a
nuestra Congregación; pero, enseguida, hay quien
se las arregla para hacer(**Es11.89**))
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