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Eminencia Reverendísima:
Aquí tiene V. E. R. todo un paquete de
documentos con los infortunios de don Bosco. El
del Centenario 1, creo esté ya terminado, puesto
que por una carta del padre Modena, sé que ya no
se habla de retracción, sino solamente de suprimir
algunas expresiones hacia el final del libro, lo
que no presenta ninguna dificultad. Ciertamente en
este asunto no se han tenido en cuenta los
originales de donde se ha entresacado la materia
del libro, de otro modo se hubiera andado con más
calma. Ahora me han escrito que se quiere hacer lo
mismo con el libro de san José. La cuestión
volvería a lo que antes y primero deberían
examinar los libros de donde yo he sacado las
noticias. Y nótese que la obrita de san José no es
mía; yo la he compilado de los libros públicamente
conocidos, divulgados, aprobados por la autoridad
eclesiástica y especialmente por el Maestro del
Sagrado Palacio.
Yo no puedo explicarme cómo, mientras se
imprimen millones de libros nefandos y nadie se
cuida de mandarlos incluir en el ((**It11.615**))
Indice, se use tanto rigor conmigo, que no ahorro
gastos ni fatigas para atenerme a las fuentes, y a
los mejores autores, con la aprobación de Roma.
Pasemos ahora a la Sociedad. El nuevo Arzobispo
tiene afecto a la misma. Creo que una sola palabra
suya podría decidirlo a lo que V. E. creyera
oportuno en este asunto. El cardenal Antonelli me
escribe que no omitirá solicitud alguna a este
propósito. Lo mismo me asegura el cardenal
Patrizi. Ahora me pongo en sus manos para que
defienda mi causa ante el cardenal Quaglia y
monseñor Svegliati, los cuales se declaran a mi
favor por cuanto de ellos dependa. Creo que V. E.
no podrá ocuparse mucho de la cuestión en estos
días en que se tratan asuntos de alta importancia
y, por tanto, le ruego se valga, si lo creyere
oportuno, del Reverendo Pellegrino 2, con quien
tengo plena confianza y que ya se ofreció a
ayudarme para cuanto pudiera necesitar en Roma. Si
V. E. creyera que no debe escribir, encomendarme a
alguien o darme una vuelta por Roma, no tiene más
que decirme una palabra. Si esta Sociedad queda
aprobada ahora, ciertamente es obra de V. E.
Rvma.; pero si no se logra ahora, a saber cuándo
podrá ser. De todos modos me encomiendo a V. E.;
en nuestras casas se reza continuamente para que
Dios conceda en todo lo que juzga que redundará a
su mayor gloria.
Reciba las demostraciones de mi más sentida
gratitud, y de la de todos los sacerdotes,
clérigos y alumnos de esta nuestra Casa; haciendo
todos los días especiales oraciones por la
conservación de la preciosa salud de V. E., tengo
el alto honor de profesarme de V. E. Rvma.
Turín, 18 de junio de 1867.
Atto. y s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Alude a su opúsculo titulado El centenario de
San Pedro y a las controversias sobre el mismo
(LEMOYNE, Memorias Biográficas, vol. VIII de la
pág. 542 a la pág. 754 passim). Lo que dice sobre
el libro de San José no viene de nuevo. Es el
fascículo de marzo de 1867 de las Lecturas
Católicas, titulado Vida de San José, Esposo de
María Santísima y Padre putativo de Jesucristo,
entresacado de los autores mas acreditados, con la
novena en preparación a la fiesta del Santo.
Antepone un bonito prólogo reproducido por LEMOYNE
(Vol. VIII, pág. 482).
2 El Reverendo Pellegrino era por aquel
entonces secretario particular de Su Eminencia;
después fue Rector de este Seminario y murió
siendo Obispo de Asís (N. del Núm. Un.).
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