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alterando los Registros de otro Banco y
falsificando la póliza correspondiente, sustraer a
la Dirección de Loterías la cantidad ya más
notable de doscientas sesenta y cuatro mil
setecientas sesenta liras, y lo mismo después del
sorteo del 14 de octubre del 1871.
El jurado reconoció a Juan Coda culpable de
todas las imputaciones que se le atribuían, sin
admitir circunstancias atenuantes a su favor, y
por ello la pena a la que necesariamente fue
condenado.
Así expuesto el hecho y la sentencia justamente
dictada contra él, sin hacer observaciones en
contra va descontando resignado su pena, pero
ruega y suplica a V. E. se digne considerar por un
momento lo que puede hacerle digno de compasión.
1.° Su conducta de honrado empleado que sirvió
por muchos años fielmente a su soberano; que,
obligado por las deudas que pesaban sobre su
familia, en un momento, que puede decirse de
ofuscación mental, hizo lo que él mismo siempre ha
condenado en los demás, y de lo que está muy
arrepentido.
2.° Que su esposa, único apoyo de la familia,
ha perdido su salud y se encuentra en la mayor
miseria, hasta el punto de que ella y sus hijos
carecen de pan para acallar el hambre.
3.° La justicia ha sido satisfecha en buena
parte, pues han transcurrido casi cuatro años de
cárcel; y la enmienda del arrepentido culpable es
totalmente segura. Por eso acude por medio de V.
E. a la clemencia soberana suplicando que tenida
en consideración la nula ventaja material obtenida
por su culpa, habida cuenta de la pena ya
cumplida, de la esposa enferma y apenada, y de sus
hijos que sufren todo género de privaciones, se
digne concederle la gracia de la condonación de la
pena que aún le resta por cumplir. ((**It11.612**)) Su
agradecimiento será imperecedero y todos los días
él y toda su familia, reconocidos por tan grande
favor, invocarán las bendiciones del Cielo sobre
V. E., sobre la Augusta Persona del Rey y sobre
toda la Familia Real.
Gracia que...1.
p) Respuesta del señor Curcio
GABINETE DEL MINISTRO
Muy venerando don Juan:
Le agradezco de corazón se haya acordado de mí,
que tanta veneración tengo por su dignísima
persona. Disponga sin miramientos de ninguna clase
de mis pocas fuerzas, que siempre me proporcionará
un gran placer.
Si viniere a Roma, ruégole me avise, porque así
tendré la suerte de ir a saludarle.
He recibido la instancia de Coda incluida en su
carta; la he recomendado y he puesto en marcha. El
día 20 del pasado junio se escribió al Procurador
General para que informara, pero aún no se ha
recibido respuesta alguna. Verdaderamente le digo,
y lo siento porque le desagradará, que me parece
imposible que el tal Coda, condenado por gravísima
culpa y que todavía lleva cumplida poca parte de
su condena, pueda ser enviado a su casa. Podrá
conseguir una disminución de la pena, si las
informaciones son favorables; y para conseguirlo
creo que podrán influir mucho las razones que
usted me ha escrito, y que podría exponer a ese
hombre tan bueno, tan respetable, tan justo y tan
modesto como es el conde Barbaroux, Procurador
General de esa Ciudad.
1 El Beato presentó esta instancia por medio
del señor Jorge Curcio, Jefe de Gabinete del
Ministro. La copia que poseemos no lleva fecha. El
señor Curcio respondió al Siervo de Dios.
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