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dificultades ha parecido prudente el partido que
V. S. ha decidido tomar, esto es, comenzar la Obra
en otra diócesis, donde no le falte el
consentimiento y el apoyo del Ordinario.
Al dar esta respuesta a su dicha carta, hago
votos por el feliz éxito de su empresa y con los
sentimientos de mi alta estima me reitero,
De V. S. Ilma.
Roma 4 de septiembre de 1875.
Su
seguro servidor
G.
C. ANTONELLI
El Siervo de Dios, amigo de la paz, actuaba a
la luz del sol; por eso, sin sombra de
resentimiento y aunque no estaba obligado a ello,
quiso comunicar al Ordinario su decisión de
establecer en otra parte a los Hijos de María y lo
hizo, como puede verse por la siguiente carta 1:
Excelencia Rvma.:
Para no ocasionar más disgustos ni molestias a
V. E. Rvma., he comenzado en otra diócesis la Obra
de María Auxiliadora.
Desearía difundir algunos programas también en
la archidiócesis de Turín; pero no lo haré, hasta
que haya obtenido el debido permiso para ello.
Ruego, por tanto, a V. E. me conceda tal favor,
si no lo considera contrario a la mayor gloria de
Dios.
Con la máxima veneración tengo el alto honor de
poderme profesar,
De V. E. Rvma.
Turín, 29-9-1875.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It11.52**)) Cuando
don Bosco escribía o hablaba de este enojoso
asunto, guardaba una calma llena de prudencia y
caridad. El 14 de agosto refirió al Capítulo
Superior el estado de la cuestión y no profirió
una palabra más de lo necesario y siempre con
aquel tono de afabilidad indulgente que le era
habitual. A fines de enero del año 1876 dijo a don
Julio Barberis:
<(**Es11.51**))
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